Eclíptica Apocalíptica
(Parte II)
Por Mazzu
Alguien a quien sigo bastante es a Christopher Knowles, autor de Our Gods Wear Spandex, The Secret History of Rock 'n' Roll, y The Complete X-Files. Chris es escritor, dibujante, blogger y lleva adelante desde hace añares su blog The Secret Sun, donde se explaya en su visión sincromística de la realidad. Con su permiso, he traducido varios (La Fuente Secreta deLovecraft para los Mitos de Cthulhu, y Charles Manson y los Hechiceros Secretos del Tío Sam) de sus posts y algún que otro fragmento de Our Gods Wear Spandex aquí en el blog.
Yo considero al
sincromisticismo y a la conspiranoia como dos cosas diferentes: el
sincromisticismo ve la confluencia de símbolos, signos y sucesos de la
actualidad como manifestaciones acausales de los movimientos del inconsciente
colectivo, siguiendo una lógica no lineal que revela una conexión simbólica entre
elementos “externos” e “internos” del individuo y el colectivo; mientras que la
conspiranoia sigue una lógica super lineal de causa/efecto: en esta lógica, si dos
cosas están conectadas simbólicamente, necesariamente están conectadas causalmente:
no hay coincidencias acausales, no hay sincronicidad, todo tiene una explicación
causal.
En el caso de Chris Knowles
la línea que separa la sincromística de la conspiranoia es muy fina,
casi virtualmente inexistente, y suele pasarse con mucha frecuencia al lado
conspiranoico de la vida como quien va de la cama al living – como diría Charly García.
Dicho esto – que no considero una crítica sino una mera observación – y a pesar
de no coincidir demasiado en este punto con Mr. Knowles, ello no merma la admiración
que siento por su trabajo y sus ideas.
En recientes posts de The
Secret Sun, Knowles ha estado analizando el fenómeno del próximo eclipse del 8 de abril desde su
particular perspectiva: Chris Knowles propone que la elites – no una sola elite
sino varias elites que incluso compiten entre sí – mantuvieron vivos cultos mistéricos
antiguos (o si no los mantuvieron vivos como una línea no fragmentada desde la antigüedad,
al menos los revivieron desde el renacimiento en adelante), cultos mistéricos como
el de Mitras, el de Atis/Cibeles, los Misterios Eleusinos, los Misterios de
Isis, etc.; según Knowles, pueden verse trazas de este renacimiento mistérico en
la arquitectura del siglo XIX y principios del siglo XX:
Dondequiera
que mires ves dioses: los efectos persistentes del movimiento neoclásico.
Incluso
hoy en día, no podés ir a ningún lugar de los alrededores adinerados del centro
de Manhattan (Park Avenue, Murray Hill, Rockefeller Center) sin encontrarte con
las imágenes de la religión grecorromana y egipcia. Murales, relieves, frisos,
estatuas y mosaicos presentan los mismos panteones de dioses de la época
precristiana. ¿Cómo podría un joven con los ojos muy abiertos del Lower East
Side o Hell's Kitchen no quedar impresionado por esta combinación de riqueza,
poder y revanchismo pagano?
Caminé por esas mismas calles durante muchos años mientras trabajaba en Manhattan; me sorprende que la mayoría de la gente no sea consciente de este simbolismo que ve en todas partes.
Una de las premisas fundamentales
de estos cultos mistéricos es la ley hermética de “lo que está abajo es como lo
que está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo”: lo que sucede
en el cielo, sucede en la tierra, lo que le pasa al sol (el Astro Rey) le pasa
al rey/jefe/mandatario de turno: en esta visión, las constelaciones estelares
son el mapa mitológico de navegación entre el macrocosmos y el microcosmos que
estos cultos mistéricos utilizarían – según Knowles – para su ritualística
desplegada a nivel mundial.
Al igual que postulaba
James Shelby Downard en su King Kill 33, Knowles sostiene que para estas elites
el mundo es un escenario donde pueden desarrollar de manera masiva sus rituales,
que son ocultos pero están a la vista de todos, un reboot del Sacrificio
del Rey Sagrado que James G. Frazer abordara tan extensamente en su obra La Rama
Dorada: la muerte violenta y ritual del rey sagrado en determinado ciclo de
tiempo que con su sangre revigorizaría la tierra, traería fertilidad y haría renacer
al cosmos.
Según Frazer, mitos como los
de Osiris, Tammuz, Atis y Adonis, seguían este esquema de muerte y resurrección. Según
James Shelby Downard, el asesinato de John Fitzerald Kennedy fue una versión moderna
ritual del Sacrificio del Rey Sagrado, llevado a cabo por la “criptocracia” en Dallas,
Texas, sobre el grado 33 de latitud (señalando el carácter masónico del ritual).
Knowles comparte esta perspectiva, acercando las ideas de Downard a la
actualidad:
A
estas alturas, todo el mundo se da cuenta de que la Administración Biden no es
más que una marioneta de la Administración Obama. Esto ni siquiera es objeto de
debate entre personas honestas e inteligentes.
Y
al ver que Obama fue el presidente número 44, no podemos evitar que nuestros
sentidos arácnidos sincronísticos cosquilleen cuando vemos que el Gran Eclipse
del Imperio Americano pasará sobre Omen (profecía), Texas, a la 1:44 p.m.
Como
si “Omen” no fuera suficiente, también está “Whitehouse” justo al lado. Y al
lado de eso, está Tyler.
Tyler (también escrito Tiler) es el nombre de la oficina de guardia exterior de una
Logia Masónica. Las logias masónicas pueden reunirse en salas de tabernas y
otros lugares públicos de reunión, y todas las logias designan un Tyler para
proteger la puerta desde el exterior contra masones no elegibles o personas
maliciosas o curiosas, para verificar la elegibilidad de los que llegan tarde y
para garantizar que los candidatos a las ceremonias en la logia estén
debidamente preparados.
Guau. Si esto no nos coloca en los floridos pantanos febriles del difunto James Shelby Downard, no sé exactamente qué lo haría.
Siguiendo la lógica Frazeriana/Downardiana,
Knowles se interna más y más en el lodo sincro-conspiranoico: como demuestra
Frazer, varias culturas antiguas creían que podían aplacar la ira de los dioses
sacrificando a un sustituto del rey: un “tonto” que era “rey por un día” y
reemplazaba al monarca en su viaje al más allá. Los babilonios no eran la excepción,
y – como señalamos en la entrada anterior – “un noble dignatario” podía morir
en lugar del rey si “Júpiter no era visible durante el eclipse”.
Knowles llama la atención
sobre el hecho de que Biden, a ojos de casi todo el mundo – no solo en Estados
Unidos – no es más que una marioneta, un sustituto de la verdadera clase
gobernante:
También
es por eso que no puedo evitar tener un sentimiento generalizado de Wicker
Man durante los últimos cuatro años. (…) Ninguna persona en su sano juicio ve
honestamente a Biden como algo más que un tonto y un “Rey por un día” (…)
Entonces la pregunta es ¿por qué exactamente fue instalado en el cargo?
Ahí
es donde entra en juego el Ritual del Rey Sustituto:
El
ritual del rey sustituto era un antiguo rito religioso mesopotámico de
sacrificio humano, documentado más claramente en Asiria, que se realizaba para
salvaguardar al rey del peligro que se percibía como proveniente de malos
augurios.
Generalmente
se pensaba que estos presagios surgían de ciertos eventos astronómicos, como
los eclipses.
Una
vez elegido un sustituto, lo llevaban al palacio donde lo lavaban, lo ungían y
le daban vino y comida. Estaba vestido con la túnica del rey y decorado con la
diadema real y otras joyas de la corona que luego se colocaban sobre el trono.
Oh
querido.
Lo
mejor es incluir la salud y la seguridad del viejo Joey-boy (Biden,
claro) en sus oraciones antes de dormir esta noche, niños. Lo que viene después
seguramente será mucho peor.
La
siguiente parte del hechizo recuerda rumores y memes (aparentemente infundados)
de que Jill Biden era la niñera de Biden y comenzó a garchar con Joe a escondidas
cuando solo tenía 15 años:
Las
tablillas rituales existentes también afirman que se elegía a una “niña” o “virgen”
para que sirviera como su “reina” y se sentara a su lado. Al sustituto también
se le entregaba una estatuilla para presentar a los dioses del inframundo.
Lo
que lleva a uno a preguntarse si estos rumores en realidad no fueron obra de los autistas
de 4Chan o de los cabrones de Roger Stone, sino que fueron sembrados en la
mente del público con fines posteriores y más ritualisticos.
Durante
el transcurso del ritual, el rey (real) abdica simbólicamente de su trono y se
coloca allí un sustituto en su lugar por un período de hasta 100 días.
Aunque
no poseía ningún poder real, el rey sustituto viviría y celebraría la corte en
el palacio y disfrutaría de la riqueza y el prestigio del rey. Al mismo tiempo,
el verdadero rey pasaría a la clandestinidad, accesible sólo a sus consejeros
más cercanos.
A
lo largo del ritual se realizaban muchos ritos de exorcismo para transferir el
peligro derivado de los malos augurios del rey real al sustituto.
Al
final de este tiempo, el sustituto es ejecutado y el verdadero rey, tras haber
transferido con éxito su destino condenado al chivo expiatorio, regresa a su
trono.
Según Chris Knowles, este
es el propósito oculto de las elites en el poder, y la razón de la aparente parafernalia
ritualista desplegada alrededor del venidero eclipse. En la entrada anterior,
Greg Reese hacía énfasis en la cuestión de los nombres que utilizaba la NASA en
sus misiones: Apolo, Sirius, Atlantida, Apep, a los que podemos sumar Artemis,
Osiris Rex, y un largo etc. Esto es lo que James Shelby Downard llamaba Toponimia
Mistica:
La
toponimia mística incorpora la magia de las palabras (onomatología) y la
ciencia masónica del simbolismo.
Al
considerar mis datos sería útil considerar un dicho de la física einsteiniana: “Se
supone que las relaciones de tiempo entre eventos están constituidas primero
por las relaciones físicas específicas que se establecen entre ellos”.
Mi
estudio de los nombres de lugares imbuidos de significado mágico incluye
necesariamente líneas de latitud y longitud y divisiones de grados en geografía
y cartografía (minutos y segundos).
Para Downard la toponimia
mística el estudio de las etimologías en relación a las propiedades de un
territorio específico. Michael A. Hoffman II, colaborador y editor de Downard,
señala que esta toponimia mística
es
parte de un proceso en el que funge como bisagra en la relación entre ‘acción
en tiempo’ [o historia registrada] y las locaciones físicas en la tierra
miradas como ‘lugares de poder’ por la visión geográfica-mágica de la
criptocracia que concibe a la tierra como un gigante tablero de ajedrez,
simbolizado por el piso cuadriculado del Templo de Salomón y la logia masónica,
y la visión de Alicia en la fantasía del Mundo Maravilloso de Lewis Carroll
Con todo esto no intento sembrar miedo ni decir que alguno de estos autores tenga razón: es una mera exposición de lo que puede provocar un evento como un eclipse en tiempos actuales. Tendemos a pensar que los eventos celestes ominosos eran vistos con resquemor solamente por los pueblos de la antigüedad, y que en la actualidad hemos superado todo eso. Pero cuando rascamos un poco la superficie de nuestra supuesta modernidad, vemos que nuestra pretendida superioridad con respecto a dichos pueblos de antaño no es mas que una mera pátina de pintura para ocultar el hecho de que el miedo a “lo de arriba” todavía existe “acá abajo”.
Podemos repetirnos como
un mantra “yo no creo en esas cosas”, pero ¿Qué tal si Chris Knowles tiene razón
y que los que sí “creen en esas cosas” son los miembros de las elites, y actúan en
consecuencia a esas creencias? Esto puede sonar descabellado, pero pongamos en
balanza que los argentinos tenemos en el poder a un tipo que cree que habla con su perro muerto y con los fantasmas de sus economistas favoritos (Rothbard, por ejemplo) y puso como Secretaria
General de la Presidencia a su hermana, que es tarotista.
Para Chris Knowles, sin
embargo, estas elites están en franca decadencia y dirigiéndose hacia su propia
autodestrucción, y si bien siempre utilizaron estos eventos astronómicos/astrológicos
para su beneficio, esta vez no lo tienen tan claro:
Tanto
los eclipses como los cometas están asociados con la muerte de reyes y otros
desastres, por lo que sabés que los magos negros en Washington están trabajando
horas extras tratando de descubrir qué es lo que se les viene.
Hay
muchos rumores oscuros circulando estos días y un hedor palpable a miedo
flotando en muchas altas oficinas. Tengo la sensación de que sus pequeños
juguetes digitales no los van a proteger de la ira de sus dioses.
¿Qué
quiero decir con eso?
Nunca
se puede saber con estas cosas, pero digamos que no me sorprendería si el Viejo
Karma finalmente alcanzara a la junta globalista actualmente en el poder. O
incluso que esos dioses oscuros suyos ya están hartos de su infinita arrogancia
y han decidido que todos necesitan la visita de Nana Némesis.
Fin de esta segunda parte…
espero que la hayan disfrutado. Si el tiempo, los eclipses, la toponimia y la
mar en coche lo permiten, agregaré una tercera entrada.
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