Las
pesadillas de Gilman consistían por lo general en soñar que caía en abismos
infinitos de inexplicable crepúsculo coloreado y llenos de confusos sonidos,
abismos cuyas propiedades materiales y de gravitación Gilman ni siquiera podía
concebir. En sus sueños ni caminaba ni trepaba, ni volaba ni nadaba, ni
reptaba; pero siempre experimentaba una sensación de movimiento, en parte
voluntaria y en parte involuntario. No podía juzgar bien acerca de su propio
estado, pues brazos, piernas y torso siempre le resultaban imposibles de ver,
desvanecidos en alguna clase de alteración de la perspectiva; pero percibía que
su organización física y sus facultades quedaban transmutadas de manera mágica
y proyectadas oblicuamente, aunque conservando una cierta grotesca relación con
sus proporciones y propiedades normales.
Los
abismos no estaban vacíos, sino poblados de indescriptibles masas anguladas de
sustancia de colorido ajeno a este mundo, algunas de las cuales parecían orgánicas
y otras inorgánicas. Algunos de los objetos orgánicos tendían a despertar vagos
recuerdos dormidos, aunque no podía formarse una idea consciente de lo que
burlonamente imitaban o sugerían.
En
los últimos sueños empezó a distinguir categorías independientes en las que los
objetos parecían dividirse y que suponían en cada caso una especie radicalmente
distinta de normas de conducta y de motivación básica. De estas categorías, una
le pareció que incluía objetos algo menos ilógicos y desatinados en sus movimientos
que los pertenecientes a las demás.
Todos
los objetos, tanto los orgánicos como los inorgánicos, eran completamente
indescriptibles, e incluso incomprensibles. A veces Gilman comparaba los
inorgánicos a prismas, a laberintos, a grupos de cubos y planos, y a edificios
ciclópeos; y las cosas orgánicas le daban sensaciones diversas, de conjuntos de
burbujas, de pulpos, de ciempiés, de ídolos indios vivos y de intrincados
arabescos vivificados por una especie de animación ofidia. Todo cuanto veía era
indescriptiblemente amenazador y terrible, y si uno de los entes orgánicos
parecía, por sus movimientos, haberse fijado en él, sentía un terror tan
espantoso y horrible que generalmente se despertaba sobresaltado. De cómo se
movían los entes orgánicos no podía decir más que de cómo se movía él mismo.
Con el tiempo observó otro misterio: la tendencia de ciertos entes a aparecer
repentinamente procedentes del espacio vacío, o a desvanecerse con igual rapidez.
La confusión de gritos y rugidos que retumbaba en los abismos desafiaba todo
análisis en cuanto a tono, timbre o ritmo, pero parecía estar sincronizada con
vagos cambios visuales de todos los objetos indefinidos, tanto orgánicos como inorgánicos.
Gilman experimentaba el continuo temor de que pudiera elevarse hasta algún
grado insufrible de intensidad durante alguna de sus oscuras e implacables
fluctuaciones.
Fragmento de "Los Sueños en la Casa de la
Bruja" de H P Lovecraft (The Dreams in the Witch House, 1933)
Beat
Godfather Meets Glitter Mainman Rolling Stone 28 de febrero, 1974
Por Craig
Copetas (Transcrito por Nick aka
EuropeanCanon)
Traducción
Mazzu Stardust
Burroughs:
La revolución sucederá haciendo caso omiso a la existencia de los demás.
Bowie:
Si, realmente. La gente está haciendo que eso suceda a un nivel más acelerado
que nunca. Los fans de grupos como Alice Cooper, los New York Dolls e Iggy Pop
reniegan total e irrevocablemente de los fans de los Stones y los Beatles. La
brecha ha disminuido de veinte a diez años.
Iggy Pop & The Stooges, Cincinnati Festival (1970)
New York Dolls, 1973 (Televisión alemana)
Burroughs:
El ritmo creciente del cambio. Los medios son realmente responsables de esto en
gran parte. Producen un efecto incalculable.
Bowie:
Hace tiempo, cuando yo tenía 13 o 14 años, para mí la brecha estaba entre
alguien de 14 y alguien de 40. Para mí, básicamente, ser viejo era tener 40.
Pero ahora hay discrepancias increíbles entre los que tienen 18 y los que
tienen 26, lo cual es bastante alarmante. No estamos intentando congregar a la
gente, si no que estamos preguntándonos cuánto tiempo más nos queda. Sería
positivamente aburrido que todas las mentes estuviesen en sintonía. Yo estoy
más interesado en saber si el planeta sobrevivirá.
Burroughs:
en realidad está sucediendo todo lo contrario; la gente se está separando cada
vez más y más.
Bowie:
la idea de reunir las mentes me trae recuerdos de la época del flower power. Encuentro obsceno el
concepto de congregar a la gente. No es humano. No es algo natural como nos han
hecho creer.
Copetas:
¿Y qué hay del amor?
Burroughs:
Ugh.
Bowie:
Me incomoda la palabra ‘amor’.
Burroughs:
A mí también.
Bowie:
A mí me habían dicho que era genial estar enamorado, pero cuando me sucedió no
fue así. Yo le di mucho de mi tiempo y mi energía a la otra persona, y ella a
mí, y comenzamos a quemarnos el uno al otro. Y eso es lo que llamamos amor…
decidimos poner todos nuestros valores en otra persona. Cada uno en su
pedestal, y cada uno deseando estar en el otro pedestal.
Burroughs:
No creo que ‘amor’ sea una palabra útil. Suele predicarse sobre la separación
entre una cosa llamada sexo y una cosa llamada amor, y que están apartadas.
Como las expresiones primitivas sureñas de antaño que cuando la mujer está en
un pedestal y el hombre adora a su esposa, luego sale y se coge a una puta.
Ante todo es un concepto occidental y luego se extendió a todo la cosa esa del flower power de amar a todo el mundo.
Bueno: no puedes amar a todos porque los intereses no son los mismos.
Bowie:
la palabra es incorrecta, estoy seguro. Es la manera en que comprendes al amor.
El amor que uno ve en personas que dicen ‘estamos enamorados’, es algo lindo de
ver… pero el hecho de no querer estar solo, y buscar a alguien con quien
relacionarte durante algunos años, a menudo no tiene nada que ver con el amor
que impulsa las vidas de las personas. Amor es cada uno de los tipos de
relaciones que puedas pensar.
Copetas:
¿Y qué hay con la sexualidad? ¿Hacia dónde va?
Bowie:
La sexualidad y su destino es una pregunta extraña, porque no veo que vaya a
ningún lado. Está en mí, y eso es todo. No saldrá como una nueva campaña
publicitaria el año que viene. Simplemente es algo que está ahí. Todo lo que
puedas pensar sobre la sexualidad ya está ahí. Tal vez haya diferentes tipos de
sexualidad, y tal vez salgan a la luz cada vez un poco más. Como antes, cuando
era prácticamente imposible ser homosexual de manera pública. Ahora es
aceptado. La sexualidad nunca cambiará, porque la gente ha estado cogiendo a su
propia manera particular desde el comienzo de los tiempos, y seguirá
haciéndolo. Sólo que cada vez aparecen más de esas formas particulares. Incluso
podría llegarse a un estado de puritanismo.
Burroughs:
Hay ciertos indicios de que eso será lo que pasará en el futuro, un verdadero
retroceso.
Bowie:
Ah, sí, mira el negocio del rock. El pobre viejo Clive Davis. Descubrieron que
estaba metiendo la mano en la lata y que incluso había todo un asunto con
drogas de por medio. Y eso dio comienzo a campaña de saneamiento en las
compañías discográficas; están comenzando a deshacerse de algunos de sus
artistas.
Mucha
gente me considera de manera bastante asexual. Y la gente que mejor me entiende
está más cerca de lo que yo comprendo sobre mí. Lo cual no es mucho, porque
todavía sigo buscando. No lo sé, la gente que más se acerca a donde creo que
estoy me considera más como una cosa erógena. Pero la gente que no sabe mucho
sobre mí me ve como algo más sexual.
Sin
embargo, tal vez sea el desinterés sexual a partir de cierta edad, porque el
tipo de gente que más se acerca a mí generalmente es mayor. Y los que me
consideran como algo sexual generalmente son jóvenes. La gente joven se acerca
a mis letras de una manera diferente, más como una comprensión táctil, que es
la forma que prefiero. Porque esa es la manera en que me engancho con un texto,
especialmente con los de William. No puedo decir que lo analizo todo y que
entiendo exactamente todo lo que dices, pero comprendo lo que quieres expresar
desde el sentimiento. Está allí, toda una galería de formas, colores, sabores,
y sentimientos extraños.
Debo
confesar que hasta ahora no había sido un lector ávido de las obras de William.
Para ser honesto, nunca fui más allá de Kerouac. Pero cuando comencé a
prestarle atención a tu trabajo, realmente no podía creer lo que leía.
Especialmente luego de leer El ExpresoNova, con el que me sentí identificado. Mi ego obviamente me puso en el
capítulo ‘Devuelvan el Color’, y después
comencé a extenderme al resto del libro.
Burroughs:
Tus letras son muy perceptivas.
Bowie:
son un poco de clase media, pero está bien, porque soy de clase media.
Burroughs:
Es bastante sorprendente que unas letras tan complejas prendan en una audiencia
masiva. El contenido de la mayoría de las canciones pop es prácticamente cero,
como ‘Power to the People’.
Bowie:
Estoy casi seguro de que mi audiencia escucha mis letras.
Burroughs:
Eso es lo que me interesa saber… ¿Las entienden?
Bowie:
Bien, les llegan más como una cosa mediática, pero las entienden después de
sentarse a leerlas. Al leerlas las comprenden, porque me envían sus propias
opiniones sobre lo que escribo, lo cual es genial para mí, porque a veces ni yo
mismo lo sé. Ha habido veces en que, luego de escribir algo, he recibido cartas
de chicos diciéndome lo que piensan sobre lo que escribí, y he tomado tan a
pecho sus análisis que los hice míos. Escribir lo que la audiencia me dice que
escriba.
Lou
Reed es el autor más importante del rock actual. No sólo por lo que hace, sino
por la dirección a la que apunta. La mitad de las bandas nuevas no estaría aquí
de no ser por él. El movimiento que ha creado el material de Lou es
sorprendente. New York es Lou Reed. Lou escribe a un nivel bien callejero, y
los ingleses tienden a intelectualizar más.
Vicious - Lou Reed en vivo en París, 1974.
Burroughs:
¿Cuál es tu inspiración al escribir? ¿La literatura?
Bowie:
No lo creo.
Burroughs:
Bien, pero he leído tu ‘Eight line Poem’
y tiene muchas reminiscencias de T. S. Elliot.
Burroughs:
70% de lo que escribo sale de mis sueños.
Bowie:
Hay un truco, al ir a dormir, y es que si mantienes tus codos elevados nunca
desciendes por debajo de la etapa del sueño. Lo utilizo bastante, y me mantiene
soñando mucho más que si simplemente me relajo.
Burroughs:
Yo sueño mucho pero tengo el sueño liviano, así que me despierto y anoto
algunas palabras que después me hacen recordar toda la idea.
Bowie:
Yo tengo una grabadora junto a la cama y, si surge algo, simplemente lo digo al
micrófono. Con respecto a la fuente de inspiración, en realidad no he cambiado
mucho mi perspectiva desde que tenía 12 años, o sea: tengo la mentalidad de un
niño de 12 años. Cuando estaba en la primaria mi hermano leía a Kerouac, y me
dio ‘En El Camino’ cuando yo tenía
12. Todavía es una gran influencia.
Copetas:
las imágenes que trasluces son muy gráficas, casi de historieta.
Bowie:
Bueno, si, para mí es más fácil escribir en pequeñas viñetas; si intento
ponerme más profundo, me encuentro fuera de mi lenguaje. No puedo mantenerme en
lo que digo. Además, si eres realmente profundo, no te queda tiempo para leer mucho,
o escuchar otras cosas. Ponerse demasiado profundo no tiene sentido… hay
demasiadas cosas para leer y escuchar. Si la gente lee tres horas de tu
trabajo, lo analizarán durante siete horas y obtendrán siete horas de sus
propias reflexiones… mientras que si ofreces 30 segundos de tu material, usualmente
también obtendrán siete horas de sus propias reflexiones. Se enganchan a las
imágenes que proyectas. Y pontifican sobre esos ganchos. El sentido de
inmediatez de la imagen. Las cosas deben prender en el momento. Esa es una de
las razones por las cuales me interesa el video; la imagen debe golpear de
inmediato. Adoro el video y su forma de ensamblaje
Beat
Godfather Meets Glitter Mainman Rolling Stone 28 de febrero, 1974
Por Craig
Copetas (Transcrito por Nick aka
EuropeanCanon)
Traducción
Mazzu Stardust
William Seward Burroughs no es un hombre muy locuaz. Una vez, durante
una cena, les echó un vistazo a unos micrófonos estereofónicos que habían sido
colocados para registrar hasta el sonido que hacía al masticar, y dijo “no me
gusta hablar, y no me gustan los habladores. Como Ma Barker ¿Recuerdan a Ma
Barker? Bien, eso es lo que ella siempre decía: ‘a Ma Barker no le gusta hablar
y no le gustan los habladores’. Sólo estaba allí sentada con su arma”.
Pensaba en esto y en la misteriosa personalidad de David Bowie mientras
un taxista irlandés nos llevaba a Burroughs y a mí a la casa de Bowie en
Londres el 17 de noviembre (“hay gente extraña en esta parte de Londres,
amigo”). Yo había pasado las últimas semanas arreglando esta entrevista a dos
puntas. Le llevé a Bowie todas las novelas de Burroughs: El Almuerzo Desnudo, El Expreso Nova, El Ticket que Explotó,
y el resto. Solamente tuvo tiempo de leer El
Expreso Nova. Por su parte, Burroughs sólo había escuchado dos canciones de
Bowie ‘Five Years’ y ‘Starman’, a pesar de que había leído
todas las letras del cantante. Aún así, ambos habían expresado interés mutuo en
conocerse.
Five Years
Starman
La casa de Bowie está decorada al modo ciencia-ficción: una pintura
gigantesca, de un artista cuyo estilo está a mitad de camino entre Salvador
Dalí y Norman Rockwell, cuelga sobre un sofá de plástico. Todo un contraste al
lado del humilde piso de dos habitaciones de Burroughs en Piccadilly, decorado
con fotos de Bryan Gysin – modesto cuartel para un escritor tan exitoso, lo más
parecido al Beat Hotel de París.
Bowie apareció enfundado en unos pantalones de montar tricolores de la
NASA. Pasó directamente a una descripción detallada del cuadro y de sus
cualidades surrealistas. Burroughs asentía y así comenzó la
entrevista/conversación. Los tres estuvimos sentados en el cuarto durante dos
horas, hablando y almorzando: un plato de pescado estilo Jamaica preparado por
un cocinero jamaiquino del séquito de Bowie, acompañado de paltas rellenas con
langostinos y Beaujolais nouveau, todo servido por dos bowiesas interestelares.
De inmediato hubo simpatía y respeto entre ambos. De hecho, unos pocos
días después de la charla, Bowie le pidió un favor a Burroughs: una producción
de The Maids montada por Lindsay Kemp, su antiguo profesor de mímica, había
sido cancelada en Londres por el editor inglés de Jean Genet. El músico quería
llevar el asunto a Genet personalmente. Burroughs estaba impresionado por la
descripción del espectáculo y prometió ayudar. Unas semanas después, Bowie
partió a París en busca de Genet siguiendo las recomendaciones de Burroughs.
¿Quién sabe? Tal vez ha comenzado una sociedad; tal vez, como dice Bowie,
podrían transformarse en los Rodgers y Hammerstein de los 70s.
Burroughs: ¿Haces todos tus
diseños por tu cuenta?
Bowie: Si, debo tomar personalmente
el control total. No puedo dejar que lo haga otro, porque descubrí que para mí
es mejor así. No quiero a otra gente jugando con lo que ellos creen que estoy
intentando hacer. No me gusta leer lo que escriben sobre mí. Prefiero leer lo
que opinan los chicos, porque no es su profesión hacerlo.
La gente me mira esperando ver cuál es el espíritu de los 70s, o al
menos el 50% lo hace. No entiendo a los críticos. Se ponen demasiado
intelectuales. No están versados en el lenguaje de la calle; gastan demasiado
espacio para expresarse. Así que lo que escriben parecen diccionarios.
Fui a una escuela de clase media, pero provengo de la clase obrera.
Obtuve lo mejor de ambos mundos, conocí las dos clases, así que tengo muy en
claro cómo vive la gente y por qué vive como vive. Tal vez no lo articule muy
bien, pero lo siento. Sin embargo, no es así con la clase alta. Me gustaría
conocer a la Reina, entonces lo sabría ¿Cómo ves la imagen que la gente tiene
de ti?
Burroughs: Intentan
clasificarte. Quieren ver la imagen que ellos tienen de ti, y si no la ven, se
sienten realmente disgustados. Escribir es ver cuán cerca estás de hacer
realidad lo que escribes, ese es el objetivo del arte. ¿Qué otra cosa creen que
quiere el ser humano? ¿Un sacerdote borracho que no cree en lo que predica?
Creo que la cosa más importante del mundo es que los artistas se apoderen del
planeta, porque son los únicos que pueden hacer posible cualquier cosa. ¿Por
qué debemos dejar que esos jodidos políticos de los periódicos tomen nuestro
lugar?
Bowie: Yo cambio de
opinión todo el tiempo. Habitualmente no estoy muy de acuerdo con lo que digo. Soy
un tremendo mentiroso.
Burroughs: Yo también.
Bowie: Y no sé si es que
cambio de opinión, o que miento mucho. Es algo a mitad de camino. No es que
mienta deliberadamente, sino que cambio de ideas a cada rato. La gente siempre
me echa en cara cosas que dije, y yo digo que no significaban nada. No puedes
permanecer clavado en un solo punto durante toda tu vida.
Burroughs: Sólo los
políticos dan por sentado lo que piensan y eso es todo. Míralo a Hitler: nunca
cambió de opinión.
Bowie: El Expreso Nova realmente me recuerda mucho a
Ziggy Stardust, a quien pronto llevaré a una obra teatral. Son cuarenta
escenas, y sería genial que los actores se las aprendan, así cada noche que la
presentemos, las anotamos en papeles, los mezclamos en un sombrero y
representamos las escenas en el orden que hayan salido. Se me ocurrió gracias a
ti, Bill… así la obra cambiará cada noche.
Burroughs: Es una idea muy
buena. Método de recorte visual en
secuencias diferentes.
Bowie: Me aburro muy
rápido, y eso renovaría la energía. Soy un poco de la vieja escuela, y creo que
cuando un artista presenta una obra, deja de ser suya… me gusta ver lo que la
gente hace con ella. Esa es la razón por la cual la producción televisiva de
Ziggy va a sobrepasar la expectativa de la gente (ver The 1980 Floor Show).
Burroughs: ¿Podrías explicar
esta imagen tuya de Ziggy Stardust? Por lo que entiendo tiene que ver con la
víspera de la destrucción del mundo de aquí a cinco años.
Bowie: Faltan cinco años
para el fin del mundo. Se ha anunciado que el mundo morirá debido a la escasez
de recursos naturales. Ziggy está en una posición en la que todos los niños
pueden acceder a lo que quieran. Los mayores han perdido todo contacto con la
realidad, dejando a los chicos por su propia cuenta para saquear lo que sea. Ziggy
estaba en una banda de rock and roll y los niños ya no quieren r’n’r. No hay
electricidad para tocarlo. El asesor de Ziggy le dice que recolecte noticias y
las cante, porque ya no hay noticieros. Y así lo hace, pero las noticias son
terribles. ‘All the Young Dudes’ es
una canción sobre esas noticias. No es un himno a la juventud como piensa la
gente. Es algo completamente opuesto.
All the Young Dudes
Burroughs: ¿De dónde salió
esta idea de Ziggy y de los cinco años? Porque el agotamiento de los recursos
naturales no será el fin del mundo. Significará el colapso de la civilización.
Y hará desaparecer a tres cuartos de la población mundial.
Bowie: Exacto. Eso no es
la causa del fin del mundo para Ziggy. El fin viene cuando llegan los
infinitos. En realidad es un agujero negro, pero yo hice que fueran personas
porque sería muy difícil representar un agujero negro en escena.
Burroughs: Si, un agujero
negro en el escenario significaría un gasto increíble. Y no habría manera de
frenarlo; primero se comería la Avenida Shaftesbury.
Bowie: En un sueño, los
infinitos le dicen a Ziggy que escriba sobre la llegada de un hombre de las
estrellas, así que él escribe ‘Starman’,
que es la primera noticia de esperanza que vuelve a escuchar la gente. Así que
se aferran a ella inmediatamente. Los hombres de las estrellas a los que hace
referencia son los infinitos, y viajan a través de agujeros negros. Ziggy ha
estado hablando sobre estos increíbles seres estelares que bajarán para salvar
la Tierra. Ellos descienden en algún lugar de Greenwich Village. En realidad,
nuestro mundo no les importa y no van a ayudarnos. Resulta que sólo se toparon
con nuestro universo al saltar entre agujeros negros. Su vida entera se reduce
a viajar de un universo a otro. En la versión teatral, uno de ellos se parece
mucho a Brando, y otro es un neoyorquino de color. Incluso hay una que se llama
Queenie, la Zorra Infinita.
Ahora Ziggy comienza a creerse todo esto, y piensa que es un profeta de
los seres estelares del futuro. Se eleva a increíbles alturas espirituales y es
mantenido por sus discípulos. Cuando los infinitos llegan, toman trozos de
Ziggy para materializarse porque en su estado original son antimateria y no
pueden existir en nuestro mundo. Y lo despedazan en escena durante la canción ‘Rock and Roll Suicide’. Tan pronto como
Ziggy muere sobre el escenario, los infinitos toman su materia y se hacen
visibles. Es una fantasía de ciencia ficción actual, y eso fue lo que me voló
la cabeza cuando leí El Expreso Nova,
que fue escrito en 1961. ¡Tal vez somos los Rodgers y Hammerstein de los 70s,
Bill!
Burroughs: Si, es posible.
Los paralelos están definitivamente ahí, y suena bien.
Bowie: Debo tener la
imagen total de una representación teatral. No estoy satisfecho solamente
escribiendo las canciones, quiero hacer algo tridimensional. La composición
como arte ya es un tanto arcaica. Con escribir una canción no alcanza.
Burroughs: Es toda la
performance. No se trata sólo de alguien sentado al piano e interpretando una
pieza musical.
Bowie: La canción debe volverse personaje, tomar forma, cuerpo, e
influenciar a las personas hasta el punto que la hagan suya. No quiero
afectarles solamente con una canción, sino como un estilo de vida. Las
estrellas de rock han asimilado todo tipo de filosofías, estilos, historias y
literatura, pero echan a la basura todo lo que lograron cosechar de esas
experiencias.
Tanto se ha utilizado el recurso de los zombies en las películas de terror, que mucha gente desconoce en hecho de que la figura del 'muerto vivo' tiene una base real y una explicación racional y científica. Ayer, viendo el clásico de terror 'White Zombie' (protagonizado por Béla Lugosi), recordé un pasaje de un libro de Gersi donde explica el proceso de zombificación.
Douchan Gersi es un explorador, escritor, actor, productor y documentalista de origen eslovaco famoso gracias a la serie televisiva 'Explore'. En su libro Faces in the Smoke: An Eyewitness Experience of Voodoo, Shamanism, Psychic Healing, and Other Amazing Human Powers (1991) traducido al español como Vudú Magia y Brujería (1992, Martinez Roca), Gersi explica cómo en Haití 'fabrican' zombies 'reales'. La mayor diferencia entre éstos y los zombies cinematográficos, es que el zombi real no involucra ningún 'poder sobrenatural' y no come carne humana: la zombificación es más parecida a los métodos de lavado de cerebro realizados por la CIA o por sectas religiosas. Mediante un proceso complicado, el zombie se transforma en un esclavo sin voluntad completamente entregado a su 'amo'.
Aquí les dejo los scans del libro Vudú Magia y Brujería donde Gersi explica sus experiencias en el asunto.