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domingo, 7 de abril de 2024

Eclíptica Apocalíptica (Parte II)

 


Eclíptica Apocalíptica (Parte II)

Por Mazzu

 

Alguien a quien sigo bastante es a Christopher Knowles, autor de Our Gods Wear Spandex, The Secret History of Rock 'n' Roll, y The Complete X-Files. Chris es escritor, dibujante, blogger y lleva adelante desde hace añares su blog The Secret Sun, donde se explaya en su visión sincromística de la realidad. Con su permiso, he traducido varios (La Fuente Secreta deLovecraft para los Mitos de Cthulhu, y Charles Manson y los Hechiceros Secretos del Tío Samde sus posts y algún que otro fragmento de Our Gods Wear Spandex aquí en el blog.


Good Ol' Chris (perdón por la foto si lees esto, man; no encontré otras fotos actuales tuyas)


Yo considero al sincromisticismo y a la conspiranoia como dos cosas diferentes: el sincromisticismo ve la confluencia de símbolos, signos y sucesos de la actualidad como manifestaciones acausales de los movimientos del inconsciente colectivo, siguiendo una lógica no lineal que revela una conexión simbólica entre elementos “externos” e “internos” del individuo y el colectivo; mientras que la conspiranoia sigue una lógica super lineal de causa/efecto: en esta lógica, si dos cosas están conectadas simbólicamente, necesariamente están conectadas causalmente: no hay coincidencias acausales, no hay sincronicidad, todo tiene una explicación causal.

En el caso de Chris Knowles la línea que separa la sincromística de la conspiranoia es muy fina, casi virtualmente inexistente, y suele pasarse con mucha frecuencia al lado conspiranoico de la vida como quien va de la cama al living – como diría Charly García. Dicho esto – que no considero una crítica sino una mera observación – y a pesar de no coincidir demasiado en este punto con Mr. Knowles, ello no merma la admiración que siento por su trabajo y sus ideas.

En recientes posts de The Secret Sun, Knowles ha estado analizando el fenómeno del próximo eclipse del 8 de abril desde su particular perspectiva: Chris Knowles propone que la elites – no una sola elite sino varias elites que incluso compiten entre sí – mantuvieron vivos cultos mistéricos antiguos (o si no los mantuvieron vivos como una línea no fragmentada desde la antigüedad, al menos los revivieron desde el renacimiento en adelante), cultos mistéricos como el de Mitras, el de Atis/Cibeles, los Misterios Eleusinos, los Misterios de Isis, etc.; según Knowles, pueden verse trazas de este renacimiento mistérico en la arquitectura del siglo XIX y principios del siglo XX:



Dondequiera que mires ves dioses: los efectos persistentes del movimiento neoclásico.

Incluso hoy en día, no podés ir a ningún lugar de los alrededores adinerados del centro de Manhattan (Park Avenue, Murray Hill, Rockefeller Center) sin encontrarte con las imágenes de la religión grecorromana y egipcia. Murales, relieves, frisos, estatuas y mosaicos presentan los mismos panteones de dioses de la época precristiana. ¿Cómo podría un joven con los ojos muy abiertos del Lower East Side o Hell's Kitchen no quedar impresionado por esta combinación de riqueza, poder y revanchismo pagano?

Caminé por esas mismas calles durante muchos años mientras trabajaba en Manhattan; me sorprende que la mayoría de la gente no sea consciente de este simbolismo que ve en todas partes.


Una de las premisas fundamentales de estos cultos mistéricos es la ley hermética de “lo que está abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo”: lo que sucede en el cielo, sucede en la tierra, lo que le pasa al sol (el Astro Rey) le pasa al rey/jefe/mandatario de turno: en esta visión, las constelaciones estelares son el mapa mitológico de navegación entre el macrocosmos y el microcosmos que estos cultos mistéricos utilizarían – según Knowles – para su ritualística desplegada a nivel mundial.

Al igual que postulaba James Shelby Downard en su King Kill 33, Knowles sostiene que para estas elites el mundo es un escenario donde pueden desarrollar de manera masiva sus rituales, que son ocultos pero están a la vista de todos, un reboot del Sacrificio del Rey Sagrado que James G. Frazer abordara tan extensamente en su obra La Rama Dorada: la muerte violenta y ritual del rey sagrado en determinado ciclo de tiempo que con su sangre revigorizaría la tierra, traería fertilidad y haría renacer al cosmos.

Según Frazer, mitos como los de Osiris, Tammuz, Atis y Adonis, seguían este esquema de muerte y resurrección. Según James Shelby Downard, el asesinato de John Fitzerald Kennedy fue una versión moderna ritual del Sacrificio del Rey Sagrado, llevado a cabo por la “criptocracia” en Dallas, Texas, sobre el grado 33 de latitud (señalando el carácter masónico del ritual). Knowles comparte esta perspectiva, acercando las ideas de Downard a la actualidad:

A estas alturas, todo el mundo se da cuenta de que la Administración Biden no es más que una marioneta de la Administración Obama. Esto ni siquiera es objeto de debate entre personas honestas e inteligentes.



Y al ver que Obama fue el presidente número 44, no podemos evitar que nuestros sentidos arácnidos sincronísticos cosquilleen cuando vemos que el Gran Eclipse del Imperio Americano pasará sobre Omen (profecía), Texas, a la 1:44 p.m.

Como si “Omen” no fuera suficiente, también está “Whitehouse” justo al lado. Y al lado de eso, está Tyler.



Tyler (también escrito Tiler) es el nombre de la oficina de guardia exterior de una Logia Masónica. Las logias masónicas pueden reunirse en salas de tabernas y otros lugares públicos de reunión, y todas las logias designan un Tyler para proteger la puerta desde el exterior contra masones no elegibles o personas maliciosas o curiosas, para verificar la elegibilidad de los que llegan tarde y para garantizar que los candidatos a las ceremonias en la logia estén debidamente preparados.

Guau. Si esto no nos coloca en los floridos pantanos febriles del difunto James Shelby Downard, no sé exactamente qué lo haría.


Siguiendo la lógica Frazeriana/Downardiana, Knowles se interna más y más en el lodo sincro-conspiranoico: como demuestra Frazer, varias culturas antiguas creían que podían aplacar la ira de los dioses sacrificando a un sustituto del rey: un “tonto” que era “rey por un día” y reemplazaba al monarca en su viaje al más allá. Los babilonios no eran la excepción, y – como señalamos en la entrada anterior – “un noble dignatario” podía morir en lugar del rey si “Júpiter no era visible durante el eclipse”.

Knowles llama la atención sobre el hecho de que Biden, a ojos de casi todo el mundo – no solo en Estados Unidos – no es más que una marioneta, un sustituto de la verdadera clase gobernante:



También es por eso que no puedo evitar tener un sentimiento generalizado de Wicker Man durante los últimos cuatro años. (…) Ninguna persona en su sano juicio ve honestamente a Biden como algo más que un tonto y un “Rey por un día” (…) Entonces la pregunta es ¿por qué exactamente fue instalado en el cargo?

Ahí es donde entra en juego el Ritual del Rey Sustituto:

El ritual del rey sustituto era un antiguo rito religioso mesopotámico de sacrificio humano, documentado más claramente en Asiria, que se realizaba para salvaguardar al rey del peligro que se percibía como proveniente de malos augurios.

Generalmente se pensaba que estos presagios surgían de ciertos eventos astronómicos, como los eclipses.

Una vez elegido un sustituto, lo llevaban al palacio donde lo lavaban, lo ungían y le daban vino y comida. Estaba vestido con la túnica del rey y decorado con la diadema real y otras joyas de la corona que luego se colocaban sobre el trono.

Oh querido.

Lo mejor es incluir la salud y la seguridad del viejo Joey-boy (Biden, claro) en sus oraciones antes de dormir esta noche, niños. Lo que viene después seguramente será mucho peor.

La siguiente parte del hechizo recuerda rumores y memes (aparentemente infundados) de que Jill Biden era la niñera de Biden y comenzó a garchar con Joe a escondidas cuando solo tenía 15 años:

Las tablillas rituales existentes también afirman que se elegía a una “niña” o “virgen” para que sirviera como su “reina” y se sentara a su lado. Al sustituto también se le entregaba una estatuilla para presentar a los dioses del inframundo.

Un Biden en sus 30s y Jill de 15, antes de la 
muerte de la primera esposa de Joe. Su 
amistosa "cercanía" con la futura doctora 
ya estaba bien establecida dado a que Jill 
era la niñera de la familia Biden. La "Doctora"
Jill Biden es ahora la Primera Dama de los EEUU

Lo que lleva a uno a preguntarse si estos rumores en realidad no fueron obra de los autistas de 4Chan o de los cabrones de Roger Stone, sino que fueron sembrados en la mente del público con fines posteriores y más ritualisticos.

Durante el transcurso del ritual, el rey (real) abdica simbólicamente de su trono y se coloca allí un sustituto en su lugar por un período de hasta 100 días.

Aunque no poseía ningún poder real, el rey sustituto viviría y celebraría la corte en el palacio y disfrutaría de la riqueza y el prestigio del rey. Al mismo tiempo, el verdadero rey pasaría a la clandestinidad, accesible sólo a sus consejeros más cercanos.

A lo largo del ritual se realizaban muchos ritos de exorcismo para transferir el peligro derivado de los malos augurios del rey real al sustituto.

Al final de este tiempo, el sustituto es ejecutado y el verdadero rey, tras haber transferido con éxito su destino condenado al chivo expiatorio, regresa a su trono.

 


Según Chris Knowles, este es el propósito oculto de las elites en el poder, y la razón de la aparente parafernalia ritualista desplegada alrededor del venidero eclipse. En la entrada anterior, Greg Reese hacía énfasis en la cuestión de los nombres que utilizaba la NASA en sus misiones: Apolo, Sirius, Atlantida, Apep, a los que podemos sumar Artemis, Osiris Rex, y un largo etc. Esto es lo que James Shelby Downard llamaba Toponimia Mistica:

La toponimia mística incorpora la magia de las palabras (onomatología) y la ciencia masónica del simbolismo.

Al considerar mis datos sería útil considerar un dicho de la física einsteiniana: “Se supone que las relaciones de tiempo entre eventos están constituidas primero por las relaciones físicas específicas que se establecen entre ellos”.

Mi estudio de los nombres de lugares imbuidos de significado mágico incluye necesariamente líneas de latitud y longitud y divisiones de grados en geografía y cartografía (minutos y segundos).

Para Downard la toponimia mística el estudio de las etimologías en relación a las propiedades de un territorio específico. Michael A. Hoffman II, colaborador y editor de Downard, señala que esta toponimia mística

es parte de un proceso en el que funge como bisagra en la relación entre ‘acción en tiempo’ [o historia registrada] y las locaciones físicas en la tierra miradas como ‘lugares de poder’ por la visión geográfica-mágica de la criptocracia que concibe a la tierra como un gigante tablero de ajedrez, simbolizado por el piso cuadriculado del Templo de Salomón y la logia masónica, y la visión de Alicia en la fantasía del Mundo Maravilloso de Lewis Carroll

 


Con todo esto no intento sembrar miedo ni decir que alguno de estos autores tenga razón: es una mera exposición de lo que puede provocar un evento como un eclipse en tiempos actuales. Tendemos a pensar que los eventos celestes ominosos eran vistos con resquemor solamente por los pueblos de la antigüedad, y que en la actualidad hemos superado todo eso. Pero cuando rascamos un poco la superficie de nuestra supuesta modernidad, vemos que nuestra pretendida superioridad con respecto a dichos pueblos de antaño no es mas que una mera pátina de pintura para ocultar el hecho de que el miedo a “lo de arriba” todavía existe “acá abajo.

Podemos repetirnos como un mantra “yo no creo en esas cosas”, pero ¿Qué tal si Chris Knowles tiene razón y que los que “creen en esas cosas” son los miembros de las elites, y actúan en consecuencia a esas creencias? Esto puede sonar descabellado, pero pongamos en balanza que los argentinos tenemos en el poder a un tipo que cree que habla con su perro muerto y con los fantasmas de sus economistas favoritos (Rothbard, por ejemplo) y puso como Secretaria General de la Presidencia a su hermana, que es tarotista.

Para Chris Knowles, sin embargo, estas elites están en franca decadencia y dirigiéndose hacia su propia autodestrucción, y si bien siempre utilizaron estos eventos astronómicos/astrológicos para su beneficio, esta vez no lo tienen tan claro:

Tanto los eclipses como los cometas están asociados con la muerte de reyes y otros desastres, por lo que sabés que los magos negros en Washington están trabajando horas extras tratando de descubrir qué es lo que se les viene.

Hay muchos rumores oscuros circulando estos días y un hedor palpable a miedo flotando en muchas altas oficinas. Tengo la sensación de que sus pequeños juguetes digitales no los van a proteger de la ira de sus dioses.

¿Qué quiero decir con eso?

Nunca se puede saber con estas cosas, pero digamos que no me sorprendería si el Viejo Karma finalmente alcanzara a la junta globalista actualmente en el poder. O incluso que esos dioses oscuros suyos ya están hartos de su infinita arrogancia y han decidido que todos necesitan la visita de Nana Némesis.


Fin de esta segunda parte… espero que la hayan disfrutado. Si el tiempo, los eclipses, la toponimia y la mar en coche lo permiten, agregaré una tercera entrada.




sábado, 6 de abril de 2024

Eclíptica Apocalíptica (Parte I)

 


Eclíptica Apocalíptica (Parte I)

Por Mazzu

 

La Tierra es el único planeta rocoso en nuestro sistema solar que tiene eclipses solares totales. Aunque otros planetas y lunas pueden experimentar fenómenos similares, la combinación de tamaño y distancia terrestre/lunar permite que la Luna bloquee completamente el disco del Sol durante un eclipse solar. Mercurio y Venus no tienen lunas y las lunas de Marte son muy pequeñas como para opacar al Astro Rey.

Los eclipses nos han fascinados desde siempre. Las culturas de la antigüedad consideraban los eclipses como presagios ominosos de catástrofes y señal de la ira de los dioses, provocando terror y asombro al mismo tiempo. Anotando sus repeticiones cíclicas, algunos pueblos de la antigüedad – como los asirios, los babilonios y los chinos – lograron predecir los eclipses con bastante certeza. El nombre eclipse, del griego ἔκλειψις, ékleipsis, quiere decir ‘desaparición’, ‘abandono’: para los griegos era una señal del descontento de Zeus con los seres humanos, a quienes el dios abandonaba en la oscuridad. Los chinos creían que era un dragón que devoraba al sol y procuraban hacer un ruido estruendoso que le ahuyentara. Los vikingos decían que había dos lobos, Sköll y Hati (hijos de Fenrir) que perseguían al sol y a la luna, y que se producía un eclipse cuando uno de los lobos se comía a uno de estos astros.

Asurbanipal cazando un leon


Hay cientos, sino miles de tablillas cuneiformes conteniendo listas de presagios de eclipses, como la que escribió el astrólogo asirio Akkullanu, el 30 de julio de 666 a. C., a Ashurbanipal diciendo que “si el planeta Júpiter está presente en el eclipse, todo está bien para el rey; un noble dignatario morirá en su lugar. ¿Ha prestado atención el rey a esto? Aún no había pasado un mes antes de que su juez principal muriera”.

Enuma Anu Enlil es una serie importante de 70 tablillas babilónicas, datadas hacia 1050 a. C., que tratan sobre astrología. La mayor parte del trabajo es una colección sustancial de augurios, estimados entre 6500 y 7000, que interpretan una gran variedad de fenómenos celestiales y atmosféricos en términos relevantes para el rey y el Estado. Casi el 40% del Enuma Anu Enlil está dedicado exclusivamente a presagios de eclipses.

En general, el augurio eclíptico era negativo; el eclipse sólo traía malos presagios al mundo. La tablilla dieciséis del Enuma Anu Enlil da una muestra representativa de los efectos ominosos predichos:

“La tierra del príncipe será destruida”.

“La tierra sufrirá calamidades”.

“El rey morirá”.

“La tierra se arruinará”.

“Los dioses se enojarán”.

“Las mujeres embarazadas abortarán a sus hijos no nacidos”.

“Habrá una inundación devastadora”.

“La gente venderá a sus hijos por dinero”.

 



El caso egipcio es muy singular: los eclipses solares, sorprendentemente, nunca son mencionados por los antiguos egipcios en términos explícitos. Los primeros registros incuestionables de eclipses egipcios datan del período grecorromano, por lo que resulta muy extraño la ausencia de referencias anteriores, siendo el sol era tan importante y central en la religión y la mitología egipcia. Habiendo alineado sus construcciones de manera muy sofisticada con equinoccios y solsticios, es imposible que ignorasen el tema de los eclipses.

La teoría de muchos egiptólogos es que los eclipses eran tan ominosos y tabú para la cultura egipcia, que se evitaba nombrarlos o hacer referencia explícita a ellos – ¡y menos ponerlos por escrito! (la escritura tenía carácter sagrado para los egipcios). Muchos señalan que referencias indirectas a que la tierra está “sin luz” (por ejemplo, en el papiro de Ipuur, que data del 2000 a. C.) se refieren de manera velada a eclipses solares.

Algunos egiptólogos han señalado que los egipcios probablemente habrían responsabilizado a Apep de un eclipse solar. Apep, llamada Apofis por los griegos (quienes la asociaban a Tifón) era una serpiente gigante, que perseguía a la barca solar, conducida por Ra y defendida por Seth, cada noche a través del Duat, para evitar que consiguiera alcanzar el nuevo día. Apofis buscaba quebrar la Maat, el «orden cósmico». Los eclipses pueden ser considerados como tales rupturas temporales del orden cósmico: la noche que aparece en mitad del día. Un eclipse puede haber sido visto como una victoria transitoria de Apofis sobre Ra.

Seth combatiendo a Apep


El faraón Akhenatón, Akenatón o Ajnatón, cuyo reinado está datado en torno al 1353-1336 a. C.6​ y pertenece al periodo denominado Imperio Nuevo, es célebre por haber impuesto al dios Atón como la única deidad del culto oficial del Estado, en perjuicio del predominante culto a Amón. El nuevo culto eliminaba de cuajo el culto a los antiguos dioses, muy arraigado entre la población de ese momento, imponiendo a Atón como única deidad, es decir, una religión monoteísta. Este cambio revolucionó a toda la sociedad egipcia de la época.

Donald Redford, un egiptólogo especializado en Akenatón, sugirió que el gran cambio de Akenatón se produjo en su tercer año de reinado. Suponiendo que tomara el trono en 1354 a. C., esto colocaría el período del cambio en algún momento del 1351 a. C. Tal vez no sea pura coincidencia que hubo un eclipse solar total que pasó sobre el sur de Egipto entre Asuán y Soleb el 15 de agosto de 1351 a. C. Esto habría ocurrido durante su tercer año, muy cerca en el tiempo del cambio religioso radical del culto de Atón. Akenatón llegó al trono con el nombre de Amenhotep (“Hágase la Voluntad de Amón”), pero luego de la reforma religiosa cambió su nombre a Ajnatón (“Útil a Atón”). Este eclipse trascendental podría haber sugerido al faraón la muerte de los dioses tradicionales (una suerte de Ragnarök egipcio) y el nacimiento de un Nuevo Orden.

¿Dos eclipses marcaron el auge y caída de Akenatón? Decíamos que el eclipse del 15 de agosto de 1351 a. C. marcó tal vez el inicio de la primera revolución religiosa egipcia de la que tenemos noticias, pero tal vez su final también pudo haber sido sellado por otro eclipse: el eclipse más notable del siglo XIV a. C. en Egipto ocurrió el 14 de mayo de 1337 a. C., y su trayectoria cruzó    directamente sobre la nueva ciudad de Amarna de Akenatón. En un artículo de 2017 titulado “Eclipse sobre Amarna”, Anand Balaji analiza la noción de que el imperio de Akenatón colapsó muy cerca del tiempo del eclipse solar más oscuro ocurrido en Egipto durante el siglo XIV a. C. Sugiere que esto no pudo ser una coincidencia, y que al menos el eclipse, junto con la epidemia de peste bubónica que entonces arrasó el mundo conocido, “marcó el comienzo del fin para el faraón Akenatón y el Período de Amarna”.

A pesar de haber revolucionado la historia y la religión de Egipto, Akenatón fue tardíamente descubierto, ya que tras su muerte, su nombre fue borrado de la historia y su tumba y momia fueron destruidas. De igual manera que los eclipses, los antiguos egipcios evitaban nombrarlo o hacer referencia explícita a él – ¡y menos ponerlo por escrito!

 


Más de 3300 años nos separan de la época de esplendor de Akenatón. Sin embargo, las teorías e historias que se tejen alrededor de un suceso astronómico notable, como es un eclipse, no dejan de brotar de la psiquis colectiva humana. El submundo de las teorías conspirativas (ya no tan “submundo” luego del estallido mainstream de ideas como las del Pizza Gate y QAnon) es un productor incesante de interpretaciones y exegesis alternativas. El caso del próximo eclipse no es la excepción: surfeando la red di con la interpretación de Greg Reese, un colaborador de Infowars (de Alex Jones), y comparto la transcripción que hice del video con ustedes:  


El eclipse solar del 8 de abril se está convirtiendo en un evento importante: la guardia nacional está siendo desplegada y se le pide a la gente que tenga reservas de comida para dos semanas y para llenar sus tanques de combustible. Esto puede ser explicado debido al hecho de que se esperan miles de visitantes a lo largo del sendero del eclipse total, pero mucha gente cree que “ellos” se están preparando para posibles terremotos, dado a que el Cometa del Diablo se alineará con el eclipse del 8 de abril y debido al hecho que en 1811 un cometa también apareció en el cielo durante un eclipse solar en el mismo sendero y fue seguido por los más poderosos terremotos de la historia de Norteamérica.

Conocidos como los Terremotos de New Madrid, alrededor de 10.000 terremotos ocurrieron en solo 3 meses, siendo el mayor de una magnitud de 8.8. Fueron la más devastadora serie de terremotos de la historia conocida. Pero se trataba de otro cometa, y mientras algunos asumen que un eclipse solar puede desatar un terremoto, este escenario parece poco probable.   

Senderos de los últimos eclipses y el del próximo 8 de abril


Esta temporada de eclipses es, sin embargo, un evento muy raro. Los recientes eclipses, en agosto de 2017 y octubre de 2023, seguidos por el próximo el 8 de abril, forman una letra Aleph y una letra Tau sobre los Estados Unidos. Aleph y Tau son la primera y la última letra del alfabeto hebreo, el Alfa y el Omega, el principio y el fin.

Las letras tau y alef del fenicio o proto-hebreo 
(no del hebreo, como dice Reese en el video)


Estos eclipses marcan el final de un Gran Año, un período de 26.000 que vuelve a empezar con el amanecer de la Era de Acuario y una nueva Era de Oro. Manly P.Hall escribió que masones de los grados superiores diseñaron a Estados Unidos con un propósito peculiar y particular, un destino secreto que crearía una Nueva Atlántida o un Nuevo Orden Mundial, donde un rey descendiente de una raza divina reinará sobre todos.

En los rituales, este rey es simbolizado como Apolo, Horus o Nimrod, el padre de la Masonería, y se piensa que será descendiente de los Nefilim bíblicos o de los Annunaki sumerios.

Según Thomas Horne, esto ocurrirá en 2025, lo cual se corresponde con varios documentos publicados por agencias de inteligencia, tales como Global Governance 2025, Global Trends 2025 y en el pronóstico para la población mundial de 2025 de Deagel.

La NASA es notoria por realizar rituales masónicos basados en las escuelas mistéricas de Egipto, Apolo siendo el mismo personaje que Horus, Sirius representando a Isis y la Atlántida siendo la nueva Era de Oro que esperan restaurar. Durante el eclipse del 8 de abril, la NASA lanzará 3 cohetes bautizados como Apep, la divinidad ofídica egipcia cuya meta era devorar a Ra, el sol; y cuando el sol reemerge luego de 3 minutos de oscuridad, será comparado con el renacimiento de Horus, su nuevo rey de la Era de Oro.

El CERN, conocido por sus rituales ocultistas frente a la estatua de Shiva, el dios hindú que simboliza la muerte, la destrucción y el final de una era, va a disparar su Gran Colisionador de Hadrones a máximo poder durante el eclipse.



Israel, que está en medio de cometer genocidio, se está preparando para sacrificar una novilla roja, un sacrificio ritual que los preparará para recuperar el Monte del Templo. Algunos judíos y cristianos creen que las novillas rojas son claves para la reconstrucción del Templo de Jerusalén e invocar la venida del mesías. Para comprenderlo, uno debe retroceder cerca de 2000 años, cuando los antiguos romanos destruyeron el último templo de la ciudad. Para reconstruirlo, estos creyentes señalan el libro de Números de la Biblia: allí se ordena a los israelitas a sacrificar una novilla roja sin defecto, en la cual no haya mancha y sobre la cual nunca haya sido puesto yugo. Solo entonces el tempo podrá ser levantado nuevamente. Dichas vacas sagradas fueron exhibidas en una reciente reunión de plegarias en Washington. Muchos evangelistas creen que estas novillas rojas acompañarán la segunda venida de Cristo. Un altar enorme ya espera en el lugar donde serán incineradas las novillas. Según algunos creyentes, la ceremonia necesita ser realizada en el Monte de Olivos, mirando directamente hacia donde antaño estuviera el Templo, pero donde ahora se alza otra cosa.



Si los judíos toman por la fuerza el Monte del Templo, estarían ofendiendo a millones de musulmanes en lo ancho de la tierra, y predeciblemente estarían arrojando al mundo al pico del caos que estas sociedades secretas han venido diseñando a través de los siglos. Y su plan es el de traer orden al caos, con su rey divino reinando sobre el mundo.

 

Sin duda, los eclipses – al igual que en la época de Akenaton o Asurbanipal – siguen provocando en la psiquis colectiva una sensación ominosa, que el paso del tiempo y el advenimiento de la “era racional” no han podido menguar. En la segunda parte vamos a analizar un poco lo de este muchacho Greg Reese y alguna otra teoría de las tantas que siguen apareciendo en las redes.