Fue
Franz Boas el primer antropólogo que puso de relieve la relación entre lenguaje
y cultura. Lo hizo del modo más sencillo y llano: analizando el léxico de dos
lenguajes y revelando las distinciones hechas por las personas de diferentes
culturas. Por ejemplo, para los norteamericanos que no son fanáticos del esquí la
nieve es sólo una parte del tiempo que hace, y su vocabulario se limita a dos
palabras, snow (nieve) y slush (aguanieve). Los esquimales tienen
muchas palabras, cada una de ellas para indicar un estado o condición
diferente. Esto revela claramente que cuentan con un vocabulario preciso para
describir no meramente el tiempo que hace sino un importante estado ambiental.
Desde los tiempos de Boas, los antropólogos han ido aprendiendo más y más
acerca de esa importantísima relación entre lenguaje y cultura, y han llegado a
manejar los datos relativos al lenguaje con gran maña.
Los
análisis de léxico suelen ir asociados con estudios de las culturas llamadas
exóticas. En Language, thought and reality, Benjamin Lee Whorf fue más lejos
que Boas e indicó que todo lenguaje desempeña un papel de primera importancia
en el moldeamiento efectivo del mundo perceptual de las personas que lo
emplean.
Disecamos
la naturaleza de acuerdo con lineamientos establecidos por nuestra lengua
materna. Las categorías y los tipos que aislamos del mundo fenomenal no los
hallamos en él… por el contrario, el mundo se presenta en una corriente
caleidoscópica de impresiones que nuestra mente ha de organizar; y esto lo hace
en gran parte mediante el sistema lingüístico que tenemos en la cabeza.
Cortamos en pedazos la naturaleza, los organizamos en conceptos y les
atribuimos significados principalmente porque son partes de un convenio para
organizarlos de ese modo, convenio que es el mismo en toda nuestra colectividad
lingüística y que se cifra en las normas de nuestro lenguaje. El convenio es,
naturalmente, implícito y no declarado,
Pero
sus términos son absolutamente obligatorios; no podemos hablar de ningún modo
sino aceptando la organización de la clasificación de los datos que dispone el
convenio.
A
continuación, Whorf señala puntos de importancia para nuestra ciencia
contemporánea:
Ningún
individuo es libre de describir la naturaleza con absoluta imparcialidad y se
ve obligado a ciertos modos de interpretación, aunque al hacerlo se crea
enteramente libre.
Whorf
pasó años estudiando el hopi, lengua de los indios que viven en las mesetas
desérticas del norte de Arizona. Pocos o ningún hombre blanco pretenden haber
dominado el lenguaje hopi hasta hablarlo con toda fluidez, pero algunos lo
hacen mejor que otros. Whorf descubrió
parte de la dificultad cuando empezó a comprender los conceptos hopis de tiempo
y espacio.
En
hopi no hay palabra equivalente a nuestro "tiempo". Como tiempo y
espacio están inextricablemente contenidos uno en otro, la eliminación de la
dimensión temporal altera la espacial también. "El mundo mental hopi -dice
Whorf- no tiene un espacio imaginario. . . no puede ubicar el pensamiento
relacionado con el espacio real sino en el espacio real, y no puede aislar el
espacio de los efectos del pensamiento." Es decir: el hopi no puede, como
nosotros, "imaginar" un lugar como el cielo o el infierno de los
misioneros. No parece tener espacio abstracto que llenar con los objetos.
Tampoco entiende de imágenes espaciales como "agarrar la onda" o
"coger la delantera", o "caer en la cuenta" de una
argumentación, que para él no tiene sentido.
Whorf
comparó también el vocabulario, inglés y el hopi. Aunque los hopis construyen
casas reales de piedra, tienen gran escasez de vocablos para designar los
espacios tridimensionales; pocas son las palabras equivalentes de cuarto,
cámara, sala, pasillo, cripta, sótano, ático, etc. Observó además que "la
sociedad hopi no revela ninguna propiedad individual ni relación de
habitaciones". Al parecer, la concepción de recinto del hopi se parece
algo a un pequeño universo, porque "los espacios huecos, como cuarto,
cámara o sala, no se nombran en realidad como si fueran objetos, sino que más
bien se sitúan; es decir, se especifica la posición de otras cosas para hacer
ver su ubicación en ese espacio hueco".