Por Mazzu
Cuarta parte de esta
serie sobre Los Cazafantasmas (1984); si pensaron que en la entrega anterior me
había ido al pasto, esperen a leer esta…
Reitman hizo una película
100% neoyorquina (aunque muchos interiores hayan sido filmados en Los Ángeles).
Lo primero que hace es mostrarnos marcadores geográficos de la ciudad (la
Biblioteca Pública de N.Y., la Universidad de Columbia, la Quinta Avenida, etc.)
para ubicarnos sin lugar a dudas en el lugar. Estos puntos de referencia son
cruciales para conectar a los Cazafantasmas con el lugar y con la realidad. Decíamos
en la segunda entrada, que la arquitectura juega un papel significativo en
Ghostbusters y hablamos sobre el protagonismo de las estatuas. Ahora trataremos
sobre otro protagonista sustancial: el edificio del 550
Central Park West, donde transcurren gran parte de los sucesos significativos
de la película.
Retrocedamos a un punto
antes de la aparición de Gozer en la terraza de dicho edificio. Walter Peck,
del EPA, ordena arrestar a los Cazafantasmas a la vez que los espectros crean
pánico en toda la ciudad. Mientras esperan en la cárcel, Spangler, Stantz,
Venkman y Zeddemore reconocen que el edificio de Dana era un enorme
superconductor diseñado y construido expresamente con el propósito de atraer y
concentrar turbulencias espirituales. El alcalde (David Margulies) ordena la
liberación de los Cazafantasmas de la cárcel. Tiene una conversación con ellos sobre
el problema mientras Peck intenta contraatacar su historia. Al final de la
discusión, Venkman se gana al alcalde, lo que les permite poner manos a la obra
para evitar una posible catástrofe, dejando a Peck echando espuma por la boca.
¡Santas turbulencias
espirituales!
Pero vamos a centrarnos
en el diálogo que mantienen los Cazafantasmas cuando están encarcelados:
Spengler:
La estructura de esta terraza es exactamente igual al rastreador telemétrico
que la NASA utiliza para identificar pulsares muertos en el espacio profundo.
Stantz:
Vigas remachadas con núcleos de selenio puro (…) ¡nunca nadie construyó nada
semejante! El arquitecto era un genio desconocido o era un pelmazo auténtico…
Venkman:
Ray, por un momento finge que no sé nada sobre metalurgia, ingeniería o física,
y solo dime qué demonios está pasando.
Stantz:
No estudiaste, ¿verdad?… El edificio completo es una enorme antena
superconductora que fue diseñada y construida expresamente con el propósito de
atraer y concentrar turbulencias espirituales. Tu novia vive en el Penthouse de
la esquina de Central Espectro.
Spengler:
(…) algo terrible está a punto de entrar en nuestro mundo, y este edificio es
obviamente la puerta. El nombre del arquitecto era Ivo Shandor también era
doctor, realizaba muchas cirugías innecesarias, y después de 1920 inició una
sociedad secreta (…) “los Adoradores de Gozer”; después de la Primera Guerra
Mundial, Shandor decidió que la sociedad estaba demasiado enferma para
sobrevivir… ¡y no era el único, tenía casi mil seguidores cuando murió!
Efectuaban rituales sobre la terraza; rituales extraños que pretendían simular
el fin del mundo… ¡y ahora creo que está sucediendo realmente!”
Este diálogo es
jugosísimo y deja mucha tela para cortar.
Como decíamos anteriormente, la ciudad de New York y su arquitectura también son protagonistas de la película. Pareciera haber una cuestión psicogeográfica en la trama. La idea de la psicogeografía fue desarrollada por la Internacional Situacionista y, Guy de Debord, uno de los principales teoristas de dicha organización, describe a la psicogeografía como “el estudio de los efectos específicos del entorno geográfico, conscientemente organizado o no, sobre las emociones y el comportamiento de los individuos” y, en términos generales, postula que ciertos entornos influyen en las emociones y el comportamiento de la gente. La película nos pasea por New York: primero por la Biblioteca Pública, la Universidad de Columbia, luego por el Central Park, etc. Vemos el lado copetudo de la ciudad, representado por el edificio del 550 Central Park West, y vemos el lado “bajo” de la ciudad, que es donde los Cazafantasmas alquilan un ex cuartel de bomberos, en un barrio que ya comienza a mostrar signos de una gentrificación incipiente de New York a comienzos/mediados de los 80s. Spengler dice que el vecindario “es como una zona desmilitarizada”
“¡Amo este lugar!”
La neoyorkinidad
de la película se acentúa aún más cuando Louis, poseído por Vinz Clortho,
recorre las calles y se topa con típicos personajes de New York de los 80s:
artistas callejeros, cocheros de carruajes del Central Park, una “bag lady”
revolviendo la basura, e incluso un policía que habla con Noo Yawk Accent.
Esta es la parte psicogeográfica. Sin embargo, el edificio erigido como “una enorme antena superconductora diseñada y construida
expresamente con el propósito de atraer y concentrar turbulencias espirituales”
sobrepasa a la visión materialista de la psicogeografía, y nos interna de
lleno en un terreno netamente ocultista. Aquí confluyen la psicogeografía y la
teoría de las redes telúricas.
Con G de Gozer
Tanto en diferentes ramas
del ocultismo, así como en la radiestesia e incluso en la ufología, se especula
que las redes telúricas están formadas por líneas de energía geomagnética que
convergen en numerosos nodos o vórtices a lo largo y lo ancho de la superficie
del planeta. El autor y “conspirólogo” norteamericano Michael A. Hoffmann II,
en la introducción del King-Kill/33° (obra de otro famoso conspirólogo,
James Shelby Downard), escribe sobre el tema:
Las
escuelas mistéricas tradicionales de Oriente y Occidente siempre han enseñado
que el planeta, al igual que los seres humanos, tiene un cuerpo sutil y puntos
sagrados especiales donde los chakras de Terra Mater derraman sus
atributos únicos. Sin embargo, se ha prestado poca atención a la invocación de
estas fuerzas mediante ubicaciones precisas y rituales geománticos al servicio
del control mental y político.
Según la idea de las
redes telúricas, estos vórtices o chakras ctónicos serían “lugares de poder”, “lugares
sagrados” (y malditos también, claro), y – mediante las adecuadas técnicas
correspondientes, los materiales indicados y la sensibilidad necesaria – ese
poder concentrado podría ser utilizado e incluso podía ser direccionado. Así
surge la noción de que esa es precisamente la función de los templos y otras estructuras
erigidas en estos lugares “sagrados”. Según esta línea de pensamiento, tanto las
pirámides, como Stonehenge o la Catedral de Notre Dame y otras construcciones monumentales
habrían sido edificadas sobre estos “chakras telúricos” gracias a un
conocimiento arcaico o bien ya perdido, o mantenido fuera del alcance de la plebe
mediante la transmisión secreta dentro de “gremios de constructores”. Por esto los
Masones siempre parecen ser el epicentro de todas las teorías conspirativas. Y
si vamos a la biografía de Ivo Shandor, artífice de aquella “enorme antena
superconductora para atraer y concentrar turbulencias espirituales”, vemos que era
arquitecto y fundador de una sociedad secreta… la conjunción de arquitectura y sociedad
secreta ¿a qué les suena?
En la entrada anterior hacíamos
una comparación entre el sistema thelemita de Crowley, donde la unión de la
Bestia y la Mujer Escarlata o Babalon provocan la llegada del Nuevo Eón, el Eón
de Horus, el Niño Conquistador y la idea de Ghostbusters de que la unión
entre Vinz Clortho y Zuul va a provocar la llegada de Gozer, y – por ende – una
nueva era. Tenemos, también, que Gozer (en la mitología de la película) es una
divinidad mesopotámica. Babilonia fue la ciudad más importante de la
Mesopotamia desde el siglo XX a.C. hasta su caída a manos de Ciro el Grande en 539
a.C. El arquitecto Ivo Shandor, adorador de Gozer, le dio a la parte superior
de su edificio la adecuada forma de un zigurat mesopotámico.
Heródoto de Halicarnaso,
en sus Nueve Libros de la Historia, escribe sobre Babilonia y, en los
fragmentos CLXXXI-CLXXXII, describe un zigurat:
Se
ve fabricada una torre maciza que tiene un estadio [unos 20 metros] de altura y
otro de ancho. Sobre esta se levanta otra segunda, después otra tercera y así
sucesivamente, hasta llegar al número de ocho torres (…) En la última torre se
encuentra una capilla, y dentro de ella una gran cama magníficamente dispuesta
y al lado una mesa de oro. Nadie pasa allí la noche salvo una mujer (…) a quien
entre todas escoge el Dios. (…) También dicen los sacerdotes caldeos, aunque yo
no les doy crédito, que el Dios desciende por las noches y duerme con ella.
En los Cazafantasmas
tenemos un zigurat (el edificio de Ivo Shandor) que en su “última torre” tiene
una cama (bueno, no es una cama precisamente, es un altar, pero es utilizada
como cama por Vinz y Zuul) donde Babalon/Babilonia tiene relaciones carnales
con una divinidad caldea…
¿Aykroyd y Ramis estarían leyendo a Heródoto de Halicarnaso mientras estaban escribiendo el guión de Ghostbusters? Poco probable pero no imposible. Aunque creo que la influencia no vino del propio Heródoto: es altamente probable que Dan Aykroyd (considerando sus gustos literarios – ver Primera Parte) hubiera leído ese párrafo de los Nueve Libros de la Historia en el libro de un ufólogo. John A. Keel no solo reproduce ese fragmento de Heródoto, sino que toma el nombre de su libro directamente de esa cita: The Eighth Tower, La Octava Torre (reeditado no hace mucho por Reediciones Anómalas). Dice Keel allí:
Una
vez arrastré mi cuerpo hambriento y arruinado a través del desierto de Irak
hasta el lugar donde había estado Babilonia para contemplar la pared donde una
vez escribió el dedo en movimiento, y me paré frente al montón de escombros que
una vez fue, supuestamente, la Torre de Babel.
Aquí Keel procede a citar
el fragmento de los Nueve Libros de la Historia
de Heródoto que copié más arriba, y luego continúa:
“Aunque
yo no les doy crédito”. Obviamente Heródoto no sabía mucho sobre dioses
cachondos; estaban engendrando por todas partes. Cada cultura desarrolló reglas
y prácticas diseñadas para alimentar con hermosas jóvenes vírgenes a dioses
enloquecidos por el sexo. La universalidad de estos mitos subidos de tono y
sacrificios extraños debería hacernos reflexionar y preguntarnos si tal vez no
había algo de “verdad” en ellos. Los babilonios creían lo suficiente en las
prácticas sexuales sobrehumanas como para dedicar su tiempo, esfuerzo y valiosas
materias primas a la construcción de ese lugar de encuentro cósmico, dotándolo
de muebles de oro. Se construyeron torres similares, o pirámides escalonadas,
en todo el mundo. Se pueden encontrar en China, México, América del Sur, el
norte de Europa e incluso en islas remotas del Pacífico. Por lo general, en sus
cimas se encontraba un templo o una cámara especial. ¿Fueron éstos, como la
Torre de Babilonia, utilizados para seducciones cósmicas?
Hay otra cosa que me
pareció significativa. Keel señala el “hambre de oro” que parecen tener “los
dioses”
El
uso generalizado del oro en artefactos religiosos puede tener una importancia
especial. El oro es un metal inútil. Es demasiado blando para usarlo en
herramientas o utensilios de cocina. También es raro y difícil de extraer,
especialmente para los pueblos primitivos. Pero desde los tiempos más remotos
el oro fue considerado un metal sagrado, y a los hombres que se encontraban con
los dioses se les ordenaba que se lo proporcionaran. Una y otra vez la Biblia
nos cuenta cómo se ordenó a los hombres que crearan objetos de oro macizo y los
dejaran en las cimas de las montañas donde los dioses pudieran alcanzarlos. Los
dioses estaban hambrientos de oro ¿Pero por qué?
El
oro es un excelente conductor de electricidad y es un metal pesado, cercano al
mercurio y al plomo en la escala atómica. Podríamos simplificar las cosas
diciendo que los átomos de oro, elemento 79, están muy juntos. Si los dioses
antiguos eran reales en algún sentido, es posible que provinieran de un
continuo espacio-temporal tan diferente al nuestro que su estructura atómica
fuera diferente. Podían atravesar paredes porque sus átomos podían atravesar
los átomos de la piedra. El oro era una de las pocas sustancias terrestres lo
suficientemente densas como para que pudieran manipularlas. Si se sentaran en
una silla de madera, se hundirían a través de ella. Necesitaban muebles
dorados durante sus visitas.
Si bien, en Ghostbusters
no se menciona el oro con referencia a la estructura del edificio, sí se
mencionan “vigas remachadas con núcleos de selenio puro”. Si bien el selenio no
es un metal pesado (de hecho, no es un metal sino un elemento químico) y no
posee la densidad del oro (la densidad del selenio es de 4790 kg/m3, mientras
que la del oro es de 19.300 kg/m3), sí es un excelente conductor: posee un
efecto fotoeléctrico, convirtiendo la luz en electricidad, y, además, su
conductividad eléctrica aumenta al exponerlo a la luz. Vaya uno a saber de
dónde tomaron los guionistas la idea de las vigas remachadas
con núcleos de selenio puro, pero la característica del selenio de
convertir la luz en electricidad es verdaderamente intrigante – sobre todo
considerando que Gozer lanza rayos eléctricos de las manos. Tal vez Gozer necesitaba
vigas remachadas con núcleos de selenio puro durante sus visitas.
Como referíamos
anteriormente, el nombre Babilonia deriva del semítico Bab-Il, que
significa “la puerta de Dios” y Crowley decía haber cambiado “Babilonia” por “Babalon”
(al igual que cambió magic por magick) para darle un sentido
gemátrico específico. En el Apocalipsis, el griego original es Βαβυλὼν,
cuya suma – utilizando la isopsefía griega – da 1285, número que para Crowley
no tenía un resultado significativo. La ortografía corregida de Crowley es Βαβαλον
que suma 156. Este sí era significativo para el ocultista inglés, ya que es la
cantidad de letras que contienen cada una de las tabletas enoquianas recibidas
por John Dee (12 columnas por 13 filas).
Crowley se refería al
número 156 como el de la “Ciudad de las Pirámides”, donde los iniciados
pasarían la “Noche de Pan”. Babilonia era conocida por sus zigurats, las pirámides
escalonadas construidas para que los dioses descendieran y los humanos
ascendieran, que sirvieron de modelo para la Torre de Babel bíblica, también
inmortalizada en el arcano XVI del Tarot.
Acá es donde me voy bien
al pasto:
El arcano XVI del Tarot
es llamado generalmente “La Torre”, pero su nombre en el tarot francés del
siglo XVII es La Maison-Dieu, la Casa de Dios (¿o la Casa del
Dios?). La figura muestra a una torre rematada con una corona, que es derribada
por un rayo divino que la golpea, mientras dos figuras humanas (generalmente un
hombre y una mujer) caen desde la azotea.
Ahora tomémonos un
momento para contemplar el mismo Arcano, pero en la versión
del Tarot de Rider-Waite. Hay una escena de Ghostbusters que es casi
idéntica:
Tal vez no se aprecia
mucho en el anterior fotograma del film, pero la azotea del edificio del 550 Central
Park West ¡también está rematada por una corona!
Bienvenidos al pasto: Dana
vive en el piso 22; si se toman el trabajo de contar la cantidad de “llamitas”
o “chispas”, esas pequeñas figuras amarillas con forma de letra yod que hay en
la versión de la Torre del Tarot de Rider-Waite, van a descubrir que son… ¡22! Los
Arcanos Mayores del Tarot son 22, al igual que los senderos del Árbol de la
Vida de la Qabalah, y que los 22 senderos qlifóticos del Árbol de la Muerte, los
cuales – si recuerdan de la entrada anterior –, Kenneth Grant decía que se
activaban mediante ritos de magia(k) sexual, como el que precisamente realizan Zuul/Dana
y Vinz/Louis en lo alto de “La Torre de Babel/Babalon”.
Aquí parece repetirse el
patrón que señalábamos antes (ver Segunda Parte): el reemplazo de lo sagrado
por lo técnico. La destrucción de la torre de Babel fue obra divina, sin
embargo en Ghostbusters la Torre no es destruida por un relámpago
celestial, sino por los rayos de protones de los Cazafantasmas.
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“La puerta se abre para
ambos lados”
En la terraza del
edificio, después de abrir la puerta interdimensional, Dana/Zuul y Louis/Vinz se
transforman Perros del Terror justo cuando llegan los Cazafantasmas. Gozer
aparece en forma femenina (que recuerda a una mezcla de Ziggy Stardust con
Grace Jones) y Ray intenta razonar con ella. Cuando esto falla, Gozer ataca, lo
que obliga a los Cazafantasmas a intentar atraparla, pero ella se
desmaterializa. Su voz incorpórea exige que los Cazafantasmas “elijan la forma
del destructor”. Ellos tratan de poner sus mentes en blanco, pero Ray recuerda involuntariamente
al logo de los malvaviscos que comía en los campamentos de su infancia, y Gozer
reaparece en la forma de un gigante de malvavisco, “Stay Puft”, que comienza a
destruir la ciudad. Egon le dice a sus compañeros que ignoren su consejo
anterior y crucen sus rayos de protones en el portal de Gozer. La explosión
resultante destruye al hombre de malvavisco, el portal se cierra y Gozer es
desterrado de esta dimensión. Los Cazafantasmas rescatan a Dana y Louis de los
escombros y son recibidos en la calle como héroes.
Detalle de color: después
de haberla visto docenas de veces, recién en esta última revisión me di cuenta de
que hay un “presagio” del arribo del Hombre de Malvavisco durante la primera
experiencia paranormal de Dana en su cocina:
Continuará…
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