sábado, 2 de marzo de 2024

Algunas notas sobre Ghostbusters (1984) Cuarta Parte

 


Por Mazzu

Cuarta parte de esta serie sobre Los Cazafantasmas (1984); si pensaron que en la entrega anterior me había ido al pasto, esperen a leer esta…  (Ver Parte IParte II y Parte III)

 

Reitman hizo una película 100% neoyorquina (aunque muchos interiores hayan sido filmados en Los Ángeles). Lo primero que hace es mostrarnos marcadores geográficos de la ciudad (la Biblioteca Pública de N.Y., la Universidad de Columbia, la Quinta Avenida, etc.) para ubicarnos sin lugar a dudas en el lugar. Estos puntos de referencia son cruciales para conectar a los Cazafantasmas con el lugar y con la realidad. Decíamos en la segunda entrada, que la arquitectura juega un papel significativo en Ghostbusters y hablamos sobre el protagonismo de las estatuas. Ahora trataremos sobre otro protagonista sustancial: el edificio del 550 Central Park West, donde transcurren gran parte de los sucesos significativos de la película.

Retrocedamos a un punto antes de la aparición de Gozer en la terraza de dicho edificio. Walter Peck, del EPA, ordena arrestar a los Cazafantasmas a la vez que los espectros crean pánico en toda la ciudad. Mientras esperan en la cárcel, Spangler, Stantz, Venkman y Zeddemore reconocen que el edificio de Dana era un enorme superconductor diseñado y construido expresamente con el propósito de atraer y concentrar turbulencias espirituales. El alcalde (David Margulies) ordena la liberación de los Cazafantasmas de la cárcel. Tiene una conversación con ellos sobre el problema mientras Peck intenta contraatacar su historia. Al final de la discusión, Venkman se gana al alcalde, lo que les permite poner manos a la obra para evitar una posible catástrofe, dejando a Peck echando espuma por la boca.

 


¡Santas turbulencias espirituales!

 

Pero vamos a centrarnos en el diálogo que mantienen los Cazafantasmas cuando están encarcelados:

Spengler: La estructura de esta terraza es exactamente igual al rastreador telemétrico que la NASA utiliza para identificar pulsares muertos en el espacio profundo.

Stantz: Vigas remachadas con núcleos de selenio puro (…) ¡nunca nadie construyó nada semejante! El arquitecto era un genio desconocido o era un pelmazo auténtico…

Venkman: Ray, por un momento finge que no sé nada sobre metalurgia, ingeniería o física, y solo dime qué demonios está pasando.

Stantz: No estudiaste, ¿verdad?… El edificio completo es una enorme antena superconductora que fue diseñada y construida expresamente con el propósito de atraer y concentrar turbulencias espirituales. Tu novia vive en el Penthouse de la esquina de Central Espectro.

Spengler: (…) algo terrible está a punto de entrar en nuestro mundo, y este edificio es obviamente la puerta. El nombre del arquitecto era Ivo Shandor también era doctor, realizaba muchas cirugías innecesarias, y después de 1920 inició una sociedad secreta (…) “los Adoradores de Gozer”; después de la Primera Guerra Mundial, Shandor decidió que la sociedad estaba demasiado enferma para sobrevivir… ¡y no era el único, tenía casi mil seguidores cuando murió! Efectuaban rituales sobre la terraza; rituales extraños que pretendían simular el fin del mundo… ¡y ahora creo que está sucediendo realmente!”



Este diálogo es jugosísimo y deja mucha tela para cortar.

Como decíamos anteriormente, la ciudad de New York y su arquitectura también son protagonistas de la película. Pareciera haber una cuestión psicogeográfica en la trama. La idea de la psicogeografía fue desarrollada por la Internacional Situacionista y, Guy de Debord, uno de los principales teoristas de dicha organización, describe a la psicogeografía como “el estudio de los efectos específicos del entorno geográfico, conscientemente organizado o no, sobre las emociones y el comportamiento de los individuos” y, en términos generales, postula que ciertos entornos influyen en las emociones y el comportamiento de la gente. La película nos pasea por New York: primero por la Biblioteca Pública, la Universidad de Columbia, luego por el Central Park, etc. Vemos el lado copetudo de la ciudad, representado por el edificio del 550 Central Park West, y vemos el lado “bajo” de la ciudad, que es donde los Cazafantasmas alquilan un ex cuartel de bomberos, en un barrio que ya comienza a mostrar signos de una gentrificación incipiente de New York a comienzos/mediados de los 80s. Spengler dice que el vecindario “es como una zona desmilitarizada”



“¡Amo este lugar!”

La neoyorkinidad de la película se acentúa aún más cuando Louis, poseído por Vinz Clortho, recorre las calles y se topa con típicos personajes de New York de los 80s: artistas callejeros, cocheros de carruajes del Central Park, una “bag lady” revolviendo la basura, e incluso un policía que habla con Noo Yawk Accent. Esta es la parte psicogeográfica. Sin embargo, el edificio erigido como “una enorme antena superconductora diseñada y construida expresamente con el propósito de atraer y concentrar turbulencias espirituales” sobrepasa a la visión materialista de la psicogeografía, y nos interna de lleno en un terreno netamente ocultista. Aquí confluyen la psicogeografía y la teoría de las redes telúricas.

Con G de Gozer

Tanto en diferentes ramas del ocultismo, así como en la radiestesia e incluso en la ufología, se especula que las redes telúricas están formadas por líneas de energía geomagnética que convergen en numerosos nodos o vórtices a lo largo y lo ancho de la superficie del planeta. El autor y “conspirólogo” norteamericano Michael A. Hoffmann II, en la introducción del King-Kill/33° (obra de otro famoso conspirólogo, James Shelby Downard), escribe sobre el tema:

Las escuelas mistéricas tradicionales de Oriente y Occidente siempre han enseñado que el planeta, al igual que los seres humanos, tiene un cuerpo sutil y puntos sagrados especiales donde los chakras de Terra Mater derraman sus atributos únicos. Sin embargo, se ha prestado poca atención a la invocación de estas fuerzas mediante ubicaciones precisas y rituales geománticos al servicio del control mental y político.

Según la idea de las redes telúricas, estos vórtices o chakras ctónicos serían “lugares de poder”, “lugares sagrados” (y malditos también, claro), y – mediante las adecuadas técnicas correspondientes, los materiales indicados y la sensibilidad necesaria – ese poder concentrado podría ser utilizado e incluso podía ser direccionado. Así surge la noción de que esa es precisamente la función de los templos y otras estructuras erigidas en estos lugares “sagrados”. Según esta línea de pensamiento, tanto las pirámides, como Stonehenge o la Catedral de Notre Dame y otras construcciones monumentales habrían sido edificadas sobre estos “chakras telúricos” gracias a un conocimiento arcaico o bien ya perdido, o mantenido fuera del alcance de la plebe mediante la transmisión secreta dentro de “gremios de constructores”. Por esto los Masones siempre parecen ser el epicentro de todas las teorías conspirativas. Y si vamos a la biografía de Ivo Shandor, artífice de aquella “enorme antena superconductora para atraer y concentrar turbulencias espirituales”, vemos que era arquitecto y fundador de una sociedad secreta… la conjunción de arquitectura y sociedad secreta ¿a qué les suena?

¿G de Gozer?

 

En la entrada anterior hacíamos una comparación entre el sistema thelemita de Crowley, donde la unión de la Bestia y la Mujer Escarlata o Babalon provocan la llegada del Nuevo Eón, el Eón de Horus, el Niño Conquistador y la idea de Ghostbusters de que la unión entre Vinz Clortho y Zuul va a provocar la llegada de Gozer, y – por ende – una nueva era. Tenemos, también, que Gozer (en la mitología de la película) es una divinidad mesopotámica. Babilonia fue la ciudad más importante de la Mesopotamia desde el siglo XX a.C. hasta su caída a manos de Ciro el Grande en 539 a.C. El arquitecto Ivo Shandor, adorador de Gozer, le dio a la parte superior de su edificio la adecuada forma de un zigurat mesopotámico.

 


Heródoto de Halicarnaso, en sus Nueve Libros de la Historia, escribe sobre Babilonia y, en los fragmentos CLXXXI-CLXXXII, describe un zigurat:

Se ve fabricada una torre maciza que tiene un estadio [unos 20 metros] de altura y otro de ancho. Sobre esta se levanta otra segunda, después otra tercera y así sucesivamente, hasta llegar al número de ocho torres (…) En la última torre se encuentra una capilla, y dentro de ella una gran cama magníficamente dispuesta y al lado una mesa de oro. Nadie pasa allí la noche salvo una mujer (…) a quien entre todas escoge el Dios. (…) También dicen los sacerdotes caldeos, aunque yo no les doy crédito, que el Dios desciende por las noches y duerme con ella.

En los Cazafantasmas tenemos un zigurat (el edificio de Ivo Shandor) que en su “última torre” tiene una cama (bueno, no es una cama precisamente, es un altar, pero es utilizada como cama por Vinz y Zuul) donde Babalon/Babilonia tiene relaciones carnales con una divinidad caldea…



¿Aykroyd y Ramis estarían leyendo a Heródoto de Halicarnaso mientras estaban escribiendo el guión de Ghostbusters? Poco probable pero no imposible. Aunque creo que la influencia no vino del propio Heródoto: es altamente probable que Dan Aykroyd (considerando sus gustos literarios – ver Primera Parte) hubiera leído ese párrafo de los Nueve Libros de la Historia en el libro de un ufólogo. John A. Keel no solo reproduce ese fragmento de Heródoto, sino que toma el nombre de su libro directamente de esa cita: The Eighth Tower, La Octava Torre (reeditado no hace mucho por Reediciones Anómalas). Dice Keel allí:

Una vez arrastré mi cuerpo hambriento y arruinado a través del desierto de Irak hasta el lugar donde había estado Babilonia para contemplar la pared donde una vez escribió el dedo en movimiento, y me paré frente al montón de escombros que una vez fue, supuestamente, la Torre de Babel.



Aquí Keel procede a citar el fragmento de los Nueve Libros de la Historia de Heródoto que copié más arriba, y luego continúa:

“Aunque yo no les doy crédito”. Obviamente Heródoto no sabía mucho sobre dioses cachondos; estaban engendrando por todas partes. Cada cultura desarrolló reglas y prácticas diseñadas para alimentar con hermosas jóvenes vírgenes a dioses enloquecidos por el sexo. La universalidad de estos mitos subidos de tono y sacrificios extraños debería hacernos reflexionar y preguntarnos si tal vez no había algo de “verdad” en ellos. Los babilonios creían lo suficiente en las prácticas sexuales sobrehumanas como para dedicar su tiempo, esfuerzo y valiosas materias primas a la construcción de ese lugar de encuentro cósmico, dotándolo de muebles de oro. Se construyeron torres similares, o pirámides escalonadas, en todo el mundo. Se pueden encontrar en China, México, América del Sur, el norte de Europa e incluso en islas remotas del Pacífico. Por lo general, en sus cimas se encontraba un templo o una cámara especial. ¿Fueron éstos, como la Torre de Babilonia, utilizados para seducciones cósmicas?

 

Hay otra cosa que me pareció significativa. Keel señala el “hambre de oro” que parecen tener “los dioses”

El uso generalizado del oro en artefactos religiosos puede tener una importancia especial. El oro es un metal inútil. Es demasiado blando para usarlo en herramientas o utensilios de cocina. También es raro y difícil de extraer, especialmente para los pueblos primitivos. Pero desde los tiempos más remotos el oro fue considerado un metal sagrado, y a los hombres que se encontraban con los dioses se les ordenaba que se lo proporcionaran. Una y otra vez la Biblia nos cuenta cómo se ordenó a los hombres que crearan objetos de oro macizo y los dejaran en las cimas de las montañas donde los dioses pudieran alcanzarlos. Los dioses estaban hambrientos de oro ¿Pero por qué?

El oro es un excelente conductor de electricidad y es un metal pesado, cercano al mercurio y al plomo en la escala atómica. Podríamos simplificar las cosas diciendo que los átomos de oro, elemento 79, están muy juntos. Si los dioses antiguos eran reales en algún sentido, es posible que provinieran de un continuo espacio-temporal tan diferente al nuestro que su estructura atómica fuera diferente. Podían atravesar paredes porque sus átomos podían atravesar los átomos de la piedra. El oro era una de las pocas sustancias terrestres lo suficientemente densas como para que pudieran manipularlas. Si se sentaran en una silla de madera, se hundirían a través de ella. Necesitaban muebles dorados durante sus visitas.

Si bien, en Ghostbusters no se menciona el oro con referencia a la estructura del edificio, sí se mencionan “vigas remachadas con núcleos de selenio puro”. Si bien el selenio no es un metal pesado (de hecho, no es un metal sino un elemento químico) y no posee la densidad del oro (la densidad del selenio es de 4790 kg/m3, mientras que la del oro es de 19.300 kg/m3), sí es un excelente conductor: posee un efecto fotoeléctrico, convirtiendo la luz en electricidad, y, además, su conductividad eléctrica aumenta al exponerlo a la luz. Vaya uno a saber de dónde tomaron los guionistas la idea de las vigas remachadas con núcleos de selenio puro, pero la característica del selenio de convertir la luz en electricidad es verdaderamente intrigante – sobre todo considerando que Gozer lanza rayos eléctricos de las manos. Tal vez Gozer necesitaba vigas remachadas con núcleos de selenio puro durante sus visitas.

 


Como referíamos anteriormente, el nombre Babilonia deriva del semítico Bab-Il, que significa “la puerta de Dios” y Crowley decía haber cambiado “Babilonia” por “Babalon” (al igual que cambió magic por magick) para darle un sentido gemátrico específico. En el Apocalipsis, el griego original es Βαβυλὼν, cuya suma – utilizando la isopsefía griega – da 1285, número que para Crowley no tenía un resultado significativo. La ortografía corregida de Crowley es Βαβαλον que suma 156. Este sí era significativo para el ocultista inglés, ya que es la cantidad de letras que contienen cada una de las tabletas enoquianas recibidas por John Dee (12 columnas por 13 filas).



Crowley se refería al número 156 como el de la “Ciudad de las Pirámides”, donde los iniciados pasarían la “Noche de Pan”. Babilonia era conocida por sus zigurats, las pirámides escalonadas construidas para que los dioses descendieran y los humanos ascendieran, que sirvieron de modelo para la Torre de Babel bíblica, también inmortalizada en el arcano XVI del Tarot.



Acá es donde me voy bien al pasto:

El arcano XVI del Tarot es llamado generalmente “La Torre”, pero su nombre en el tarot francés del siglo XVII es La Maison-Dieu, la Casa de Dios (¿o la Casa del Dios?). La figura muestra a una torre rematada con una corona, que es derribada por un rayo divino que la golpea, mientras dos figuras humanas (generalmente un hombre y una mujer) caen desde la azotea.

Ahora tomémonos un momento para contemplar el mismo Arcano, pero en la versión del Tarot de Rider-Waite. Hay una escena de Ghostbusters que es casi idéntica:

 


Tal vez no se aprecia mucho en el anterior fotograma del film, pero la azotea del edificio del 550 Central Park West ¡también está rematada por una corona!

 


Bienvenidos al pasto: Dana vive en el piso 22; si se toman el trabajo de contar la cantidad de “llamitas” o “chispas”, esas pequeñas figuras amarillas con forma de letra yod que hay en la versión de la Torre del Tarot de Rider-Waite, van a descubrir que son… ¡22! Los Arcanos Mayores del Tarot son 22, al igual que los senderos del Árbol de la Vida de la Qabalah, y que los 22 senderos qlifóticos del Árbol de la Muerte, los cuales – si recuerdan de la entrada anterior –, Kenneth Grant decía que se activaban mediante ritos de magia(k) sexual, como el que precisamente realizan Zuul/Dana y Vinz/Louis en lo alto de “La Torre de Babel/Babalon”.

 


Piso 22

22 llamitas

Cae la Corona

Aquí parece repetirse el patrón que señalábamos antes (ver Segunda Parte): el reemplazo de lo sagrado por lo técnico. La destrucción de la torre de Babel fue obra divina, sin embargo en Ghostbusters la Torre no es destruida por un relámpago celestial, sino por los rayos de protones de los Cazafantasmas.



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“La puerta se abre para ambos lados”

En la terraza del edificio, después de abrir la puerta interdimensional, Dana/Zuul y Louis/Vinz se transforman Perros del Terror justo cuando llegan los Cazafantasmas. Gozer aparece en forma femenina (que recuerda a una mezcla de Ziggy Stardust con Grace Jones) y Ray intenta razonar con ella. Cuando esto falla, Gozer ataca, lo que obliga a los Cazafantasmas a intentar atraparla, pero ella se desmaterializa. Su voz incorpórea exige que los Cazafantasmas “elijan la forma del destructor”. Ellos tratan de poner sus mentes en blanco, pero Ray recuerda involuntariamente al logo de los malvaviscos que comía en los campamentos de su infancia, y Gozer reaparece en la forma de un gigante de malvavisco, “Stay Puft”, que comienza a destruir la ciudad. Egon le dice a sus compañeros que ignoren su consejo anterior y crucen sus rayos de protones en el portal de Gozer. La explosión resultante destruye al hombre de malvavisco, el portal se cierra y Gozer es desterrado de esta dimensión. Los Cazafantasmas rescatan a Dana y Louis de los escombros y son recibidos en la calle como héroes.

 


Detalle de color: después de haberla visto docenas de veces, recién en esta última revisión me di cuenta de que hay un “presagio” del arribo del Hombre de Malvavisco durante la primera experiencia paranormal de Dana en su cocina:

 


Continuará

 

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