sábado, 6 de abril de 2024

Eclíptica Apocalíptica (Parte I)

 


Eclíptica Apocalíptica (Parte I)

Por Mazzu

 

La Tierra es el único planeta rocoso en nuestro sistema solar que tiene eclipses solares totales. Aunque otros planetas y lunas pueden experimentar fenómenos similares, la combinación de tamaño y distancia terrestre/lunar permite que la Luna bloquee completamente el disco del Sol durante un eclipse solar. Mercurio y Venus no tienen lunas y las lunas de Marte son muy pequeñas como para opacar al Astro Rey.

Los eclipses nos han fascinados desde siempre. Las culturas de la antigüedad consideraban los eclipses como presagios ominosos de catástrofes y señal de la ira de los dioses, provocando terror y asombro al mismo tiempo. Anotando sus repeticiones cíclicas, algunos pueblos de la antigüedad – como los asirios, los babilonios y los chinos – lograron predecir los eclipses con bastante certeza. El nombre eclipse, del griego ἔκλειψις, ékleipsis, quiere decir ‘desaparición’, ‘abandono’: para los griegos era una señal del descontento de Zeus con los seres humanos, a quienes el dios abandonaba en la oscuridad. Los chinos creían que era un dragón que devoraba al sol y procuraban hacer un ruido estruendoso que le ahuyentara. Los vikingos decían que había dos lobos, Sköll y Hati (hijos de Fenrir) que perseguían al sol y a la luna, y que se producía un eclipse cuando uno de los lobos se comía a uno de estos astros.

Asurbanipal cazando un leon


Hay cientos, sino miles de tablillas cuneiformes conteniendo listas de presagios de eclipses, como la que escribió el astrólogo asirio Akkullanu, el 30 de julio de 666 a. C., a Ashurbanipal diciendo que “si el planeta Júpiter está presente en el eclipse, todo está bien para el rey; un noble dignatario morirá en su lugar. ¿Ha prestado atención el rey a esto? Aún no había pasado un mes antes de que su juez principal muriera”.

Enuma Anu Enlil es una serie importante de 70 tablillas babilónicas, datadas hacia 1050 a. C., que tratan sobre astrología. La mayor parte del trabajo es una colección sustancial de augurios, estimados entre 6500 y 7000, que interpretan una gran variedad de fenómenos celestiales y atmosféricos en términos relevantes para el rey y el Estado. Casi el 40% del Enuma Anu Enlil está dedicado exclusivamente a presagios de eclipses.

En general, el augurio eclíptico era negativo; el eclipse sólo traía malos presagios al mundo. La tablilla dieciséis del Enuma Anu Enlil da una muestra representativa de los efectos ominosos predichos:

“La tierra del príncipe será destruida”.

“La tierra sufrirá calamidades”.

“El rey morirá”.

“La tierra se arruinará”.

“Los dioses se enojarán”.

“Las mujeres embarazadas abortarán a sus hijos no nacidos”.

“Habrá una inundación devastadora”.

“La gente venderá a sus hijos por dinero”.

 



El caso egipcio es muy singular: los eclipses solares, sorprendentemente, nunca son mencionados por los antiguos egipcios en términos explícitos. Los primeros registros incuestionables de eclipses egipcios datan del período grecorromano, por lo que resulta muy extraño la ausencia de referencias anteriores, siendo el sol era tan importante y central en la religión y la mitología egipcia. Habiendo alineado sus construcciones de manera muy sofisticada con equinoccios y solsticios, es imposible que ignorasen el tema de los eclipses.

La teoría de muchos egiptólogos es que los eclipses eran tan ominosos y tabú para la cultura egipcia, que se evitaba nombrarlos o hacer referencia explícita a ellos – ¡y menos ponerlos por escrito! (la escritura tenía carácter sagrado para los egipcios). Muchos señalan que referencias indirectas a que la tierra está “sin luz” (por ejemplo, en el papiro de Ipuur, que data del 2000 a. C.) se refieren de manera velada a eclipses solares.

Algunos egiptólogos han señalado que los egipcios probablemente habrían responsabilizado a Apep de un eclipse solar. Apep, llamada Apofis por los griegos (quienes la asociaban a Tifón) era una serpiente gigante, que perseguía a la barca solar, conducida por Ra y defendida por Seth, cada noche a través del Duat, para evitar que consiguiera alcanzar el nuevo día. Apofis buscaba quebrar la Maat, el «orden cósmico». Los eclipses pueden ser considerados como tales rupturas temporales del orden cósmico: la noche que aparece en mitad del día. Un eclipse puede haber sido visto como una victoria transitoria de Apofis sobre Ra.

Seth combatiendo a Apep


El faraón Akhenatón, Akenatón o Ajnatón, cuyo reinado está datado en torno al 1353-1336 a. C.6​ y pertenece al periodo denominado Imperio Nuevo, es célebre por haber impuesto al dios Atón como la única deidad del culto oficial del Estado, en perjuicio del predominante culto a Amón. El nuevo culto eliminaba de cuajo el culto a los antiguos dioses, muy arraigado entre la población de ese momento, imponiendo a Atón como única deidad, es decir, una religión monoteísta. Este cambio revolucionó a toda la sociedad egipcia de la época.

Donald Redford, un egiptólogo especializado en Akenatón, sugirió que el gran cambio de Akenatón se produjo en su tercer año de reinado. Suponiendo que tomara el trono en 1354 a. C., esto colocaría el período del cambio en algún momento del 1351 a. C. Tal vez no sea pura coincidencia que hubo un eclipse solar total que pasó sobre el sur de Egipto entre Asuán y Soleb el 15 de agosto de 1351 a. C. Esto habría ocurrido durante su tercer año, muy cerca en el tiempo del cambio religioso radical del culto de Atón. Akenatón llegó al trono con el nombre de Amenhotep (“Hágase la Voluntad de Amón”), pero luego de la reforma religiosa cambió su nombre a Ajnatón (“Útil a Atón”). Este eclipse trascendental podría haber sugerido al faraón la muerte de los dioses tradicionales (una suerte de Ragnarök egipcio) y el nacimiento de un Nuevo Orden.

¿Dos eclipses marcaron el auge y caída de Akenatón? Decíamos que el eclipse del 15 de agosto de 1351 a. C. marcó tal vez el inicio de la primera revolución religiosa egipcia de la que tenemos noticias, pero tal vez su final también pudo haber sido sellado por otro eclipse: el eclipse más notable del siglo XIV a. C. en Egipto ocurrió el 14 de mayo de 1337 a. C., y su trayectoria cruzó    directamente sobre la nueva ciudad de Amarna de Akenatón. En un artículo de 2017 titulado “Eclipse sobre Amarna”, Anand Balaji analiza la noción de que el imperio de Akenatón colapsó muy cerca del tiempo del eclipse solar más oscuro ocurrido en Egipto durante el siglo XIV a. C. Sugiere que esto no pudo ser una coincidencia, y que al menos el eclipse, junto con la epidemia de peste bubónica que entonces arrasó el mundo conocido, “marcó el comienzo del fin para el faraón Akenatón y el Período de Amarna”.

A pesar de haber revolucionado la historia y la religión de Egipto, Akenatón fue tardíamente descubierto, ya que tras su muerte, su nombre fue borrado de la historia y su tumba y momia fueron destruidas. De igual manera que los eclipses, los antiguos egipcios evitaban nombrarlo o hacer referencia explícita a él – ¡y menos ponerlo por escrito!

 


Más de 3300 años nos separan de la época de esplendor de Akenatón. Sin embargo, las teorías e historias que se tejen alrededor de un suceso astronómico notable, como es un eclipse, no dejan de brotar de la psiquis colectiva humana. El submundo de las teorías conspirativas (ya no tan “submundo” luego del estallido mainstream de ideas como las del Pizza Gate y QAnon) es un productor incesante de interpretaciones y exegesis alternativas. El caso del próximo eclipse no es la excepción: surfeando la red di con la interpretación de Greg Reese, un colaborador de Infowars (de Alex Jones), y comparto la transcripción que hice del video con ustedes:  


El eclipse solar del 8 de abril se está convirtiendo en un evento importante: la guardia nacional está siendo desplegada y se le pide a la gente que tenga reservas de comida para dos semanas y para llenar sus tanques de combustible. Esto puede ser explicado debido al hecho de que se esperan miles de visitantes a lo largo del sendero del eclipse total, pero mucha gente cree que “ellos” se están preparando para posibles terremotos, dado a que el Cometa del Diablo se alineará con el eclipse del 8 de abril y debido al hecho que en 1811 un cometa también apareció en el cielo durante un eclipse solar en el mismo sendero y fue seguido por los más poderosos terremotos de la historia de Norteamérica.

Conocidos como los Terremotos de New Madrid, alrededor de 10.000 terremotos ocurrieron en solo 3 meses, siendo el mayor de una magnitud de 8.8. Fueron la más devastadora serie de terremotos de la historia conocida. Pero se trataba de otro cometa, y mientras algunos asumen que un eclipse solar puede desatar un terremoto, este escenario parece poco probable.   

Senderos de los últimos eclipses y el del próximo 8 de abril


Esta temporada de eclipses es, sin embargo, un evento muy raro. Los recientes eclipses, en agosto de 2017 y octubre de 2023, seguidos por el próximo el 8 de abril, forman una letra Aleph y una letra Tau sobre los Estados Unidos. Aleph y Tau son la primera y la última letra del alfabeto hebreo, el Alfa y el Omega, el principio y el fin.

Las letras tau y alef del fenicio o proto-hebreo 
(no del hebreo, como dice Reese en el video)


Estos eclipses marcan el final de un Gran Año, un período de 26.000 que vuelve a empezar con el amanecer de la Era de Acuario y una nueva Era de Oro. Manly P.Hall escribió que masones de los grados superiores diseñaron a Estados Unidos con un propósito peculiar y particular, un destino secreto que crearía una Nueva Atlántida o un Nuevo Orden Mundial, donde un rey descendiente de una raza divina reinará sobre todos.

En los rituales, este rey es simbolizado como Apolo, Horus o Nimrod, el padre de la Masonería, y se piensa que será descendiente de los Nefilim bíblicos o de los Annunaki sumerios.

Según Thomas Horne, esto ocurrirá en 2025, lo cual se corresponde con varios documentos publicados por agencias de inteligencia, tales como Global Governance 2025, Global Trends 2025 y en el pronóstico para la población mundial de 2025 de Deagel.

La NASA es notoria por realizar rituales masónicos basados en las escuelas mistéricas de Egipto, Apolo siendo el mismo personaje que Horus, Sirius representando a Isis y la Atlántida siendo la nueva Era de Oro que esperan restaurar. Durante el eclipse del 8 de abril, la NASA lanzará 3 cohetes bautizados como Apep, la divinidad ofídica egipcia cuya meta era devorar a Ra, el sol; y cuando el sol reemerge luego de 3 minutos de oscuridad, será comparado con el renacimiento de Horus, su nuevo rey de la Era de Oro.

El CERN, conocido por sus rituales ocultistas frente a la estatua de Shiva, el dios hindú que simboliza la muerte, la destrucción y el final de una era, va a disparar su Gran Colisionador de Hadrones a máximo poder durante el eclipse.



Israel, que está en medio de cometer genocidio, se está preparando para sacrificar una novilla roja, un sacrificio ritual que los preparará para recuperar el Monte del Templo. Algunos judíos y cristianos creen que las novillas rojas son claves para la reconstrucción del Templo de Jerusalén e invocar la venida del mesías. Para comprenderlo, uno debe retroceder cerca de 2000 años, cuando los antiguos romanos destruyeron el último templo de la ciudad. Para reconstruirlo, estos creyentes señalan el libro de Números de la Biblia: allí se ordena a los israelitas a sacrificar una novilla roja sin defecto, en la cual no haya mancha y sobre la cual nunca haya sido puesto yugo. Solo entonces el tempo podrá ser levantado nuevamente. Dichas vacas sagradas fueron exhibidas en una reciente reunión de plegarias en Washington. Muchos evangelistas creen que estas novillas rojas acompañarán la segunda venida de Cristo. Un altar enorme ya espera en el lugar donde serán incineradas las novillas. Según algunos creyentes, la ceremonia necesita ser realizada en el Monte de Olivos, mirando directamente hacia donde antaño estuviera el Templo, pero donde ahora se alza otra cosa.



Si los judíos toman por la fuerza el Monte del Templo, estarían ofendiendo a millones de musulmanes en lo ancho de la tierra, y predeciblemente estarían arrojando al mundo al pico del caos que estas sociedades secretas han venido diseñando a través de los siglos. Y su plan es el de traer orden al caos, con su rey divino reinando sobre el mundo.

 

Sin duda, los eclipses – al igual que en la época de Akenaton o Asurbanipal – siguen provocando en la psiquis colectiva una sensación ominosa, que el paso del tiempo y el advenimiento de la “era racional” no han podido menguar. En la segunda parte vamos a analizar un poco lo de este muchacho Greg Reese y alguna otra teoría de las tantas que siguen apareciendo en las redes.




4 comentarios:

  1. Zarpado Sirius! En espera de la 2da parte.

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  2. Hablando de Akenaton "fue borrado de la historia y su tumba y momia fueron destruidas." Hay muchas posibilidades y consenso entre los investigadores de que la momia de Akenaton es la encontrada en el valle de los reyes en la tumba KV55. Por supuesto, no es su lugar inicial de enterramiento, pero en algún momento fue trasladado al valle de los reyes. Si que es verdad que sufrió lo que los romanos más adelante llamaron "Damnatio memoriae" y su imagen y nombre intentó ser eliminada de cualquier lugar, una practica común en el antiguo egipto.

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