jueves, 18 de abril de 2024

Peronismo Esotérico (Parte 3)

 


Peronismo Esotérico (Parte 3)

Por Sirius Mazzu

 

La Logia Anael

 

Luego de la muerte de Evita, la magia que ejercía Perón sobre las multitudes pareció mermar de manera abrumadora. Hubo un disparo inflacionario, ajustes, recesión. Sin la tenacidad de Evita al frente del movimiento obrero, Perón empezó a ceder a las presiones de los empresarios y los importadores, en perjuicio de la industria nacional. En medio de todo esto, estalló un escándalo de enriquecimiento ilícito que involucraba a Juan Duarte, hermano de Eva, que se desempeñaba como secretario privado de Perón y gestor del Fondo de Fomento Cinematográfico. Conocido “picaflor” y bon vivant, tuvo aventuras con decenas de actrices y bailarinas. Tras la sospecha de corrupción Perón hizo una declaración por radio sobre las medidas que iba a adoptar en las investigaciones del caso, en el que sin mencionar explícitamente a Juan Duarte hizo una clara referencia al decir:

Aunque sea mi propio padre irá preso, porque robar al pueblo es traicionar a la Patria.

El 9 de abril de 1953, tres días después de la declaración radiofónica de Perón, Juan Duarte apareció muerto con un disparo en la cabeza. Oficialmente se anunció que fue un suicidio. La oposición sostuvo que se trató de un asesinato.



El enemigo más activo de Perón en esta época fue la Iglesia Católica, que difundió rumores de violación y pedofilia por parte del presidente. Perón les respondió promulgando la Ley del Divorcio, reconociendo los derechos de los hijos ilegítimos, y aboliendo la enseñanza religiosa en las escuelas públicas.

Escribe Marcelo Larraquy en López Rega. El Peronismo y la Triple A (2011):

Pagaría el precio de la venganza eclesial. En la masiva concentración de Corpus Christi de junio de 1955, convergieron todas las fuerzas opositoras, pese a que la manifestación había sido prohibida. En respuesta Perón expulsó a dos curas del país. Unos días más tarde, sectores de la Marina y de la Fuerza Aérea programaron un atentado contra su vida, y bombardearon la Casa de Gobierno y la Plaza de Mayo. Hubo más de trescientos muertos. Por la noche, ardieron las iglesias. Perón intentó retomar el diálogo con la oposición y propuso una tregua, pero no fue escuchado.

(…) Perón no ofreció resistencia ante el golpe militar del 16 de septiembre de 1955, y se marchó a un largo exilio. El cadáver de Evita quedaría a la deriva, pero su figura jamás perdería su fuerza revolucionaria.

Víctimas del bombardeo a Plaza de Mayo en 1955 


Exiliado el General, Pedro Aramburu, proscribió el peronismo y al propio Perón, cuya sola mención era considerada un delito. La proscripción del peronismo se prolongaría hasta principios de la década de 1970. Si tenemos en cuenta que mucho más adelante López Rega llamaría “Faraón” a Perón, el damnatio memoriae con que Aramburu condenó al peronismo resulta significativo, ya que era una practica habitual en el Antiguo Egipto: Akenatón, el faraón que provocó la primera revolución religiosa egipcia de la que tenemos noticias al borrar el nutrido panteón egipcio e imponer a Atón como la única deidad del culto oficial del Estado, fue a su vez eliminado de la historia egipcia: su nombre fue borrado de la historia, su tumba destruida y su momia fue escondida… ¡incluso fue tildado de pedófilo! ¿les suena la historia?

Mientras tanto, López Rega seguía acudiendo a las reuniones y ceremonias realizadas en la casa de su maestra espiritual, Victoria Montero. A menudo, él – junto a un grupo de iniciados que solía incluir a sus amigos brasileros Dalton Rosa y Claudio Ferreira – visitaba la zona de los Tres Cerros: en la casa de Victoria se comentaba que Los Tres Cerros eran el vértice de un triángulo magnético conformado entre Los Tres Cerros, los riscos del balneario de Torres, al sur del Brasil, y las montañas que rodeaban la ciudad de Salta. A la vuelta de cada viaje, la Madre Espiritual les ofrecía una explicación esotérica para cada objeto hallado y cada situación vivida.

López Rega fue ganando preponderancia entre los discípulos de Victoria: en una ocasión la Madre Espiritual – que no realizaba curaciones – le delegó su autoridad ante el accidente del hijo de una vecina que se había golpeado y desmayado; López Rega, haciendo unos pases mágicos logró que el niño recobrara la consciencia y la vitalidad, según le relataron testigos presenciales a Marcelo Larraquy. En su barrio de Villa Urquiza, López Rega comenzó a ser consultado por los vecinos con respecto a dolencias y problemas: les recetaba plantas medicinales que debían ser cortadas en determinados días planetarios y a horas astrológicas precisas para que su efecto fuera el deseado, y además confeccionaba cartas astrales y daba consejos espirituales. Su libro Astrologia Esoterica (1962) está repleto de este tipo de correspondencias astrales en la forma de tablas o listas.

En 1957 comenzó a escribir su primera producción literaria durante unas vacaciones en Brasil. El libro se llamaría Conocimientos Espirituales, una especie de manual que serviría de guía para el neófito o el recién iniciado en las artes esotéricas. Llevó consigo varios libros a modo de inspiración: Adonay, de Jorge Adoum; El doble etérico, El cuerpo astral, El cuerpo mental y El cuerpo causal, de Arthur E. Powell; Nuestras fuerzas mentales, de Prentice Mulford; y Logos, mantram y magia, de Krum Heller.

Ni bien terminó su manuscrito, corrió a mostrárselo a su Maestra Victoria Montero, quien – según aseguran los testigos que entrevistó Larraquy – se mostró fría y desdeñosa:

Sentada en su sillón, Victoria recorrió el texto con sus ojos (…)

—Ya es hora de que empiece a ser usted mismo. No entiendo para qué escribe —repitió—. Yo siempre le he dicho que no lo haga. Yo no escribo nunca. Ni Jesús ni Buda ni Sócrates escribieron. ¿Y usted quiere escribir? Está bien, hágalo. Pero debe ser usted mismo el que debe empezar a escribir, y no copiar lo que ya hicieron otros. ¿Para qué sirve esto?

(…) Entonces Victoria apretó las hojas que tenía entre manos y las rompió en dos.

Por supuesto que López Rega no oyó el consejo de su Maestra sobre no escribir, y escribiría varios libros más. Y no es el único consejo de su Maestra que desoyó, como veremos más adelante. 

Luego del golpe de estado de la Revolución Fusiladora, Perón se exilió en Paraguay y de allí se fue a Panamá. Sería en suelo panameño donde conocería a la que más tarde se convertiría en su tercera esposa: la bailarina María Estela Martínez, más conocida por su nombre artístico «Isabel» o «Isabelita». Una vez establecida la relación amorosa, la pareja se trasladó a Caracas, Venezuela. Permanecieron allí durante poco más de un año, cuando un golpe de estado derrocó al gobierno de facto venezolano en enero de 1958. Ante el temor de un atentado contra su vida, Perón y Martínez se refugiaron en la embajada de la República Dominicana, para luego viajar a dicho país.​ Residieron en República Dominicana durante casi dos años, y en enero de 1960 se trasladaron a España.

Isabelita y Perón en las calles de Madrid, España, alrededor de 1961.


A comienzos de la década de 1960, José López Rega comenzó a elaborar su siguiente escrito: quería que fuera un manual práctico de consulta que pudiera ayudar de manera concisa al consultante a aprovechar las vibraciones planetarias y astrológicas para ponerse en armonía con el cosmos. Astrología Esotérica se divide en cuatro partes: Zodíaco Multicolor, Zodíaco Vegetal, y Zodíaco Musical; en ellas se relacionan los signos del zodíaco con los colores, aromas y notas musicales respectivamente. Cierra el texto un práctico “Sistema abreviado de Astrología”. Un libraco de 752 páginas, de las cuales 400 están ocupadas por tablas, cartas astrales, gráficos, y números. Será por esa extensión que López Rega en 1960 consiguió publicar sólo la primera parte en Brasil (es decir, la primera de las cuatro extensas partes de la posterior edición argentina, agregando tan sólo una dedicatoria y un prólogo a la edición en portugués) bajo el auspicio de Claudio Ferreira. La versión brasilera se tituló Zodíaco Multicolor.

En un articulo titulado José López Rega, “El Brujo” Producción esotérica y violencia política en la Argentina en la década del setenta, su autor, Hernán Facundo López escribe sobre Astrología Esotérica y el estilo de López Rega:

López, el autodidacta que escribe en un castizo de libros de traducción barata, acerca del “hilo de Adriadna” (sic) o del “cuento de Harpagón” despliega en su texto una panoplia de tablas, fotones, átomos, ciencia nuclear, ondas que surcan el espacio: “...cuando pensamos emitimos ONDAS VIBRATORIAS ELECTRO-MAGNÉTICAS de una fluidez extraordinaria”. Otro rasgo manifiesto de la Astrología Esotérica, es su carácter práctico, su intención de funcionar como un “manual de autoayuda”. En sus páginas los secretos develados, trascendentes, anunciados en el título (“los setenta y dos nombres divinos de la Cábala”, “maneras de confeccionar mantras”) se mezclan con lo banal y accesorio: “También esta TABLA será interesante para su aplicación práctica en la vida, en los ADORNOS, ILUMINACIÓN, DECORACIÓN, PINTURAS, EFECTOS SOBRE LAS VESTIMENTAS, ETC.”

 



Escribe Larraquy

López Rega escribió Astrología Esotérica bajo el influjo de la llegada de la Era de Acuario. Según la tradición oculta, Acuario es tiempo proclive para la organización de grupos fraternales y cooperativas. Victoria Montero había fijado el ingreso a la nueva era el 4 de febrero de 1962, cuando el Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte y Júpiter estaban en el signo de Acuario. También fue año de cambios para López Rega. Luego de diecisiete años de servicio, decidió retirarse de la Policía Federal. Sus ascensos ocurrieron luego de que Perón huyera del país. Había llegado a sargento primero.

El ilustrador del libro, Héctor Prieto Roca, le recomendó a López Rega una editorial para que publicase su libro en Argentina. Se trataba de Suministros Gráficos SAIC, una imprenta que había sido del estado, luego privatizada y después, en 1961, manejada por una cooperativa de trabajadores que obtuvieron la concesión. La mayoría de los obreros de Suministros eran peronistas, de modo que la empresa se había transformado en un foco de reunión de militantes del peronismo que, recordemos, estaba proscrito.

El presidente del directorio de la empresa era José Miguel “El Gordo” Vanni. Al Gordo le interesaban los textos que editaba Kier, por eso editó el libro de López Rega, que apareció en noviembre de 1962. Escribe Larraquy:

López Rega empezó a frecuentar la imprenta. Llegaba en colectivo a la hora del almuerzo y se quedaba un buen rato mirando el funcionamiento de las máquinas y supervisando los trabajos que ingresaban. Tenía tiempo para leer textos místicos, o realizar los horóscopos y las cartas natales que les ofrecía a las ocho costureras y al personal gráfico. (…) A los pocos meses, López Rega ya había instalado a sus hermanos del grupo porteño en Suministros Gráficos. Llegaron Carlos Villone (hermano de José María Villone), José Famá, Héctor Paramidani y el mismo Héctor Prieto. Dentro de la empresa, su crecimiento fue meteórico. En la constitución del tercer directorio figuraba como presidente. Ya tenía una oficina propia, en el primer piso. Allí se reunía con su grupo para elaborar proyectos. Empezaron a imprimir libros esotéricos en cantidades desproporcionadas respecto de las posibilidades de colocación. No se interesaban mucho por los costos. Querían armar algo grande.

En octubre de 1965 Vanni le presentó a López Rega al juez Julio César Urien, que era el jefe de la logia Anael. La logia Anael era un grupo de peronismo místico, formado principalmente por funcionarios judiciales y gubernamentales, y también por miembros del Comando Nacional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas, que acompañó al Grupo de Oficiales Unidos (GOU), expulsado del Ejército por oponerse a la Revolución Libertadora. Según Urien, la logia tenía alrededor de cuatro mil adherentes dispersos entre la Argentina, el Brasil, el Perú, Venezuela y Bolivia, y su objetivo era el de “despertar el alma del mundo subdesarrollado” hacia una Nueva Era y una “Nueva Sociedad dirigida por el humanismo y la razón”, para derrotar a la “corrupta Civilización capitalista-imperialista”, “sepultureros del espíritu humano”.  

En La Razón del Tercer Mundo (1964), Urien, firmando como la Logia Anael, afirmaba que esa “nueva consciencia” ese “hombre nuevo” surgiría de la Triple A. Esta Triple A – a diferencia de la que todos tenemos en mente – era un triángulo de poder formado por África, Asia y América (AAA). El despertar de la consciencia en China, Argelia y América Latina haría “entrar en el ocaso al imperio yanqui”. A su vez, en Latinoamérica había otro triángulo al que Urien llama “la L inclinada” formado por San Pablo, Buenos Aires y Lima, que “conformarán un bloque antiimperialista sudamericano. El cooperativismo será el soporte de la nueva civilización”.

Son puntos de irradiación cósmica. Lima, por el socialismo incaico. Su eco revolucionará a todos los pueblos de las cumbres andinas. Buenos Aires, por la vibración justicialista. Perón no fue derrocado. Su retiro fue una decisión de alta estrategia político-social para salvar uno de los vértices de la Triple A. Este vértice volverá a evolucionar porque la conciencia justicialista ya quedó impregnada en las masas. Por último, San Pablo es el vértice del cristianismo revolucionario. El referente actual es el gobernador Adhemar Barros.

Urien, sin embargo, no era el creador de Anael. Héctor Caviglia era el que había traído la logia a la Argentina. Caviglia era un martillero público que durante la Primera Guerra Mundial se había enrolado en la Legión Extranjera. En una nota de Panorama, la mujer de Ernesto Duffourc (miembro de Anael), cuenta:

(Caviglia) Sirvió 5 años en la Legión Extranjera, en África. Se ganó la Legión de Honor. Allí vio tanto horror y muerte que, por eso, hablaba de amor y del espíritu. El creía en las fuerzas sobrenaturales, que una persona como nosotros no puede comprender. Y era argentino. Ahora dicen que era brasileño porque viajaba mucho a Brasil. Lo conoció a Vargas y todo. Muchas veces nos contaba que había presenciado, en África, cosas increíbles entre las tribus: magia negra y ritos como el vudú. Y lo mismo vio en Brasil. Hablar de eso lo fascinaba tanto. Se posesionaba.

(…) Caviglia decía que estamos viviendo la finalización del ciclo norteamericano y que comienza un nuevo ciclo: el panamericano, cuyo liderazgo lo ejercería la Argentina.

Marcelo Larraquy comenta que Caviglia patentó un mortero de guerra para fabricarlo en serie, pero como el Ejército Argentino no demostró interés por el artefacto, lo llevó al Brasil, donde entró en contacto con asesores del presidente Getulio Vargas, que se reunían bajo el nombre de Anael. En La Razón del Tercer Mundo, se relata que en 1956, en San Pablo, Brasil, se llevó a cabo una reunión de la Logia. En este encuentro participaron todos los delegados continentales de América Latina y dos delegados afroasiáticos. Durante esta reunión, se establecieron las líneas generales de la Programática Anaelina, con la previsión de su materialización en la década de 1960-70. La Logia Anael estaba compuesta por el “doctor Anael” y un grupo de hombres profundamente conocedores de los problemas sociales, políticos y económicos de su tiempo. Estos individuos, sin ser líderes principales, constituían diferentes partes de un organismo. Se consideraban “hombres nuevos” que se renovaban constantemente y contemporáneos del futuro. Su objetivo era contribuir a la táctica y estrategia de la revolución latinoamericana ¿Quién era el “doctor Anael”? El autor Ernest Milá afirma en un artículo que era el médium brasileño, “bien conocido en Argentina”, Menotti Carnicelli. En una entrada anterior decíamos que la oposición de Perón denunció que en 1953 el General había asistido a sesiones espíritas con un médium brasileño; bueno, Ernest Milá propone que ese médium brasileño bien conocido por Perón no era otro que el tal Menotti Carnicelli, que después sería, también, el “doctor Anael”. No he podido encontrar más info sobre el tal Carnicelli, por lo tanto no pondría las manos en el fuego con ese dato; si saben algo, comenten.



Anael es obviamente un nombre de carácter esotérico: Anael (אנאל o חַנִּיאֵל Haniel, Hamiel, Onoel, etc.) “Gloria o Gracia de Dios” – es uno de los siete ángeles de la Creación de la tradición hebrea; jefe de los principados, príncipe de los arcángeles; en los papiros mágicos grecoegipcios y en los grimorios medievales es el ángel del planeta Venus, que gobierna el 2º Cielo y rige sobre los ángeles del viernes, correspondiéndole la séfira Netzaj en el Árbol de la Vida cabalístico.

El ángel Anael aparece en la única conversación que sobrevive de la relación de John Dee con un vidente llamado Barnabus Saul. En esta conversación Anael confesó su poder sobre todas las cosas. Dee consideraba a este ángel como el gobernador del período histórico en el que vivía. Desde los registros de sus primeros experimentos (antes de trabajar con Edward Kelly) trabajando con este tal Saul el 22 de diciembre de 1581, Dee conjuró al ángel Anael:

Saúl, mirando dentro de mi piedra para espiar a Anael. Vi uno que respondía a ese nombre. Pero se le pidió encarecidamente que dijera la verdad si realmente era Anael. Y apareció otro, muy hermoso, con ropas amarillas que brillaban como el oro. Tenía rayos de estrellas brillando y saliendo de sus ojos. Escribió en la piedra muchas letras hebreas de oro transparente, las cuales Saúl no podía leer. No quería escribirlas. Una estrella brillante pasó junto a él y aparecieron muchas otras visiones...

Siendo Anael asociado a Venus, esa sería probablemente la “estrella brillante” a la que se refiere Dee. En A Dictionary of Angels, de Gustav Davidson, en la entrada de Anael se afirma lo siguiente:

Es Anael quien proclama “Abrid todas las puertas para que pueda entrar la nación justa, la que permanece fiel”. En Isaías 26: 2.

Si bien no pude encontrar ninguna afirmación que apoyara la afirmación de Davidson de que es el arcángel Anael el que pronuncia esas palabras (esto no es mencionado para nada en el libro de Isaías) y – por ende – no sé de dónde lo sacó, sí me parece – al menos – una sincronicidad interesante aquello de “la nación justa”, que en el marco de la mística de la Logia Anael, se puede interpretar como esta “Nueva Sociedad dirigida por el humanismo y la razón” que proclamaban Caviglia y Urien.



Para destacar el carácter pseudomasónico de la Logia Anael, podemos agregar que Leo Taxil, en Los Misterios de la Francmasonería, cuenta que el numero 7 se repite insistentemente en la reunión del grado 17°, y uno de los 7 arcángeles que menciona es el que nos compete (el énfasis en cursiva es mío)

La reunión del grado 17° se llama Gran Consejo. (…) Los Hermanos sentados en los tronos tienen todos una larga vestidura blanca y llevan una faja encarnada, tienen en la cabeza una corona de cartón dorado. Los demás Hermanos están en traje de paisano, con dos cordones; uno blanco en banda y el otro negro en muceta. En medio de la sala hay una tela pintada de forma heptágona.

He aquí lo que representa en esta tela llamada el Cuadro del Gran Consejo: la lámpara mágica con siete luces, debajo de un dosel de azul, redondo; en cada lado la luna y el sol; debajo de la lámpara una corona llamada corona boreal; debajo un hombre en completa desnudez con los brazos abiertos, puestos los pies sobre una media luna, encima y horizontalmente una llave; es, según dicen, la llave de David que abre y nadie puede cerrar. (…) Finalmente, y en la parte exterior, a cada lado del cuadro, hay escritos los siete nombres siguientes: Rafael, Gabriel, Miguel, Adaniel, Salatiel, Anael y Uriel.

Anael también es mencionado en el Ritual Secreto de la Francmasoneria Egipcia del Conde Cagliostro, aunque – curiosamente – relacionado al Sol y no a Venus:

Al ingresar en el templo, los jóvenes participantes recitaban una oración a Dios y luego invocaban a siete ángeles planetarios: Anael (vinculado con el Sol), Miguel (Luna), Rafael (Marte), Gabriel (Mercurio), Uriel (Júpiter), Zobriachel (Venus) y Hanachiel (Saturno).

Estas correspondencias totalmente fuera de lugar (¿Miguel=Luna???) tal vez le dan la razón a Albert C. Mackey, que en An Encyclopedia of Freemasonry (1878) decía

De todos los charlatanes masónicos que florecieron en el siglo XVIII, el conde Cagliostro fue el más destacado.

Pero bueno, basta de angelología por el momento y volvamos al tema que nos ocupa; Urien, resignificando el nombre de la Logia, le dijo a López Rega que Anael era una sigla de Asociaciones Nacionales Americanas en Liberación. Mas adelante diría que era una sigla de Avanzada Nacionalista Argentina en Liberación. Lo cierto es que

Poco antes de morir de un infarto, Caviglia delegó al juez (Urien) la conducción secreta de la logia, pero su desaparición repentina, más la desidia de uno de sus hijos, que no facilitó la lista de contactos, le hizo perder a Urien el vínculo con el Brasil y, lo peor de todo, lo dejó sin sostén económico.

Caviglia fue el primero en hablar de las manos de Perón: tres décadas antes de que las manos fueran cercenadas del cuerpo embalsamado del General (algo que el propio Caviglia nunca llegaría a saber ya que murió a fines de la década del 1960), Caviglia decía que Perón era un canalizador de las Fuerzas Cósmicas. Cuando el General salía al balcón frente a la multitud y elevaba sus manos al cielo, sus manos funcionaban como antenas de recepción de las Fuerzas Superiores, que él canalizaba hacia el pueblo argentino. 




Larraquy añade:

Perón y Vargas no llegaron a conocerse, pero siempre mantuvieron latente la posibilidad de relanzar el proyecto de unidad económica entre la Argentina, el Brasil y Chile (ABC), tomando como punto de referencia la geopolítica sanmartiniana del siglo XIX. Durante su estadía en el Brasil, Caviglia se ofreció como enlace de la logia entre los dos países y Perón lo recibió en la Casa Rosada. El contacto entre ambos continuó incluso después de que el presidente Vargas, sometido a intensas presiones, se pegara un tiro en 1954.

Antes de su muerte, Héctor Caviglia profetizó: “Perón volverá a la Argentina de la mano de Anael”. López Rega se haría miembro de la Logia Anael, pero muy pronto la traicionaría.

Continuará…

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