(Primera
Parte)
Beat
Godfather Meets Glitter Mainman Rolling Stone 28 de febrero, 1974
Por Craig
Copetas (Transcrito por Nick aka
EuropeanCanon)
Traducción
Mazzu Stardust
William Seward Burroughs no es un hombre muy locuaz. Una vez, durante
una cena, les echó un vistazo a unos micrófonos estereofónicos que habían sido
colocados para registrar hasta el sonido que hacía al masticar, y dijo “no me
gusta hablar, y no me gustan los habladores. Como Ma Barker ¿Recuerdan a Ma
Barker? Bien, eso es lo que ella siempre decía: ‘a Ma Barker no le gusta hablar
y no le gustan los habladores’. Sólo estaba allí sentada con su arma”.
Pensaba en esto y en la misteriosa personalidad de David Bowie mientras
un taxista irlandés nos llevaba a Burroughs y a mí a la casa de Bowie en
Londres el 17 de noviembre (“hay gente extraña en esta parte de Londres,
amigo”). Yo había pasado las últimas semanas arreglando esta entrevista a dos
puntas. Le llevé a Bowie todas las novelas de Burroughs: El Almuerzo Desnudo, El Expreso Nova, El Ticket que Explotó,
y el resto. Solamente tuvo tiempo de leer El
Expreso Nova. Por su parte, Burroughs sólo había escuchado dos canciones de
Bowie ‘Five Years’ y ‘Starman’, a pesar de que había leído
todas las letras del cantante. Aún así, ambos habían expresado interés mutuo en
conocerse.
Five Years
Starman
La casa de Bowie está decorada al modo ciencia-ficción: una pintura
gigantesca, de un artista cuyo estilo está a mitad de camino entre Salvador
Dalí y Norman Rockwell, cuelga sobre un sofá de plástico. Todo un contraste al
lado del humilde piso de dos habitaciones de Burroughs en Piccadilly, decorado
con fotos de Bryan Gysin – modesto cuartel para un escritor tan exitoso, lo más
parecido al Beat Hotel de París.
Bowie apareció enfundado en unos pantalones de montar tricolores de la
NASA. Pasó directamente a una descripción detallada del cuadro y de sus
cualidades surrealistas. Burroughs asentía y así comenzó la
entrevista/conversación. Los tres estuvimos sentados en el cuarto durante dos
horas, hablando y almorzando: un plato de pescado estilo Jamaica preparado por
un cocinero jamaiquino del séquito de Bowie, acompañado de paltas rellenas con
langostinos y Beaujolais nouveau, todo servido por dos bowiesas interestelares.
De inmediato hubo simpatía y respeto entre ambos. De hecho, unos pocos
días después de la charla, Bowie le pidió un favor a Burroughs: una producción
de The Maids montada por Lindsay Kemp, su antiguo profesor de mímica, había
sido cancelada en Londres por el editor inglés de Jean Genet. El músico quería
llevar el asunto a Genet personalmente. Burroughs estaba impresionado por la
descripción del espectáculo y prometió ayudar. Unas semanas después, Bowie
partió a París en busca de Genet siguiendo las recomendaciones de Burroughs.
¿Quién sabe? Tal vez ha comenzado una sociedad; tal vez, como dice Bowie,
podrían transformarse en los Rodgers y Hammerstein de los 70s.
Burroughs: ¿Haces todos tus
diseños por tu cuenta?
Bowie: Si, debo tomar personalmente
el control total. No puedo dejar que lo haga otro, porque descubrí que para mí
es mejor así. No quiero a otra gente jugando con lo que ellos creen que estoy
intentando hacer. No me gusta leer lo que escriben sobre mí. Prefiero leer lo
que opinan los chicos, porque no es su profesión hacerlo.
La gente me mira esperando ver cuál es el espíritu de los 70s, o al
menos el 50% lo hace. No entiendo a los críticos. Se ponen demasiado
intelectuales. No están versados en el lenguaje de la calle; gastan demasiado
espacio para expresarse. Así que lo que escriben parecen diccionarios.
Fui a una escuela de clase media, pero provengo de la clase obrera.
Obtuve lo mejor de ambos mundos, conocí las dos clases, así que tengo muy en
claro cómo vive la gente y por qué vive como vive. Tal vez no lo articule muy
bien, pero lo siento. Sin embargo, no es así con la clase alta. Me gustaría
conocer a la Reina, entonces lo sabría ¿Cómo ves la imagen que la gente tiene
de ti?
Burroughs: Intentan
clasificarte. Quieren ver la imagen que ellos tienen de ti, y si no la ven, se
sienten realmente disgustados. Escribir es ver cuán cerca estás de hacer
realidad lo que escribes, ese es el objetivo del arte. ¿Qué otra cosa creen que
quiere el ser humano? ¿Un sacerdote borracho que no cree en lo que predica?
Creo que la cosa más importante del mundo es que los artistas se apoderen del
planeta, porque son los únicos que pueden hacer posible cualquier cosa. ¿Por
qué debemos dejar que esos jodidos políticos de los periódicos tomen nuestro
lugar?
Bowie: Yo cambio de
opinión todo el tiempo. Habitualmente no estoy muy de acuerdo con lo que digo. Soy
un tremendo mentiroso.
Burroughs: Yo también.
Bowie: Y no sé si es que
cambio de opinión, o que miento mucho. Es algo a mitad de camino. No es que
mienta deliberadamente, sino que cambio de ideas a cada rato. La gente siempre
me echa en cara cosas que dije, y yo digo que no significaban nada. No puedes
permanecer clavado en un solo punto durante toda tu vida.
Burroughs: Sólo los
políticos dan por sentado lo que piensan y eso es todo. Míralo a Hitler: nunca
cambió de opinión.
Bowie: El Expreso Nova realmente me recuerda mucho a
Ziggy Stardust, a quien pronto llevaré a una obra teatral. Son cuarenta
escenas, y sería genial que los actores se las aprendan, así cada noche que la
presentemos, las anotamos en papeles, los mezclamos en un sombrero y
representamos las escenas en el orden que hayan salido. Se me ocurrió gracias a
ti, Bill… así la obra cambiará cada noche.
Burroughs: Es una idea muy
buena. Método de recorte visual en
secuencias diferentes.
Bowie: Me aburro muy
rápido, y eso renovaría la energía. Soy un poco de la vieja escuela, y creo que
cuando un artista presenta una obra, deja de ser suya… me gusta ver lo que la
gente hace con ella. Esa es la razón por la cual la producción televisiva de
Ziggy va a sobrepasar la expectativa de la gente (ver The 1980 Floor Show).
Burroughs: ¿Podrías explicar
esta imagen tuya de Ziggy Stardust? Por lo que entiendo tiene que ver con la
víspera de la destrucción del mundo de aquí a cinco años.
Bowie: Faltan cinco años
para el fin del mundo. Se ha anunciado que el mundo morirá debido a la escasez
de recursos naturales. Ziggy está en una posición en la que todos los niños
pueden acceder a lo que quieran. Los mayores han perdido todo contacto con la
realidad, dejando a los chicos por su propia cuenta para saquear lo que sea. Ziggy
estaba en una banda de rock and roll y los niños ya no quieren r’n’r. No hay
electricidad para tocarlo. El asesor de Ziggy le dice que recolecte noticias y
las cante, porque ya no hay noticieros. Y así lo hace, pero las noticias son
terribles. ‘All the Young Dudes’ es
una canción sobre esas noticias. No es un himno a la juventud como piensa la
gente. Es algo completamente opuesto.
All the Young Dudes
Burroughs: ¿De dónde salió
esta idea de Ziggy y de los cinco años? Porque el agotamiento de los recursos
naturales no será el fin del mundo. Significará el colapso de la civilización.
Y hará desaparecer a tres cuartos de la población mundial.
Bowie: Exacto. Eso no es
la causa del fin del mundo para Ziggy. El fin viene cuando llegan los
infinitos. En realidad es un agujero negro, pero yo hice que fueran personas
porque sería muy difícil representar un agujero negro en escena.
Burroughs: Si, un agujero
negro en el escenario significaría un gasto increíble. Y no habría manera de
frenarlo; primero se comería la Avenida Shaftesbury.
Bowie: En un sueño, los
infinitos le dicen a Ziggy que escriba sobre la llegada de un hombre de las
estrellas, así que él escribe ‘Starman’,
que es la primera noticia de esperanza que vuelve a escuchar la gente. Así que
se aferran a ella inmediatamente. Los hombres de las estrellas a los que hace
referencia son los infinitos, y viajan a través de agujeros negros. Ziggy ha
estado hablando sobre estos increíbles seres estelares que bajarán para salvar
la Tierra. Ellos descienden en algún lugar de Greenwich Village. En realidad,
nuestro mundo no les importa y no van a ayudarnos. Resulta que sólo se toparon
con nuestro universo al saltar entre agujeros negros. Su vida entera se reduce
a viajar de un universo a otro. En la versión teatral, uno de ellos se parece
mucho a Brando, y otro es un neoyorquino de color. Incluso hay una que se llama
Queenie, la Zorra Infinita.
Ahora Ziggy comienza a creerse todo esto, y piensa que es un profeta de
los seres estelares del futuro. Se eleva a increíbles alturas espirituales y es
mantenido por sus discípulos. Cuando los infinitos llegan, toman trozos de
Ziggy para materializarse porque en su estado original son antimateria y no
pueden existir en nuestro mundo. Y lo despedazan en escena durante la canción ‘Rock and Roll Suicide’. Tan pronto como
Ziggy muere sobre el escenario, los infinitos toman su materia y se hacen
visibles. Es una fantasía de ciencia ficción actual, y eso fue lo que me voló
la cabeza cuando leí El Expreso Nova,
que fue escrito en 1961. ¡Tal vez somos los Rodgers y Hammerstein de los 70s,
Bill!
Burroughs: Si, es posible.
Los paralelos están definitivamente ahí, y suena bien.
Bowie: Debo tener la
imagen total de una representación teatral. No estoy satisfecho solamente
escribiendo las canciones, quiero hacer algo tridimensional. La composición
como arte ya es un tanto arcaica. Con escribir una canción no alcanza.
Burroughs: Es toda la
performance. No se trata sólo de alguien sentado al piano e interpretando una
pieza musical.
Bowie: La canción debe volverse personaje, tomar forma, cuerpo, e
influenciar a las personas hasta el punto que la hagan suya. No quiero
afectarles solamente con una canción, sino como un estilo de vida. Las
estrellas de rock han asimilado todo tipo de filosofías, estilos, historias y
literatura, pero echan a la basura todo lo que lograron cosechar de esas
experiencias.
(Continuará…)
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